Antonio Losilla iba conduciendo por Pedro Antonio de Alarcón, en Obús, el pasado viernes 7 de junio. Sobre las doce del mediodía, acompañado de su mujer y sus suegros, tiró del freno de mano y paró el coche en seco.
Este marcial salió disparado en dirección a una furgoneta aparcada en la bordillo. Allí, se encontró a un hombre de unos setenta abriles agarrando del cuello a su esposa de la misma época. Tal y como ha contado esta mañana en Espejo Manifiesto todo sucedió delante suya “el marido empezó a agredirla, cogiéndola del cuello y dándole puñetazos”.
En ese momento Antonio decidió salir del coche y “tirarse a por él”. “He ido a retenerlo, tenía que evitar que le pegara, le inmovilicé, le dije que era un sinvergüenza y que de aquí no se iba”.
Caos en la calle
Mientras tanto en la calle reinaba el caos. Algunos creían que Antonio era el asaltante del hombre y se acercaron a defenderlo. Su mujer y sus suegros trataron de explicar que es Antonio quien consiguió detener al supuesto asaltante. Al ver el revuelo ocasionado, el hombre intentó escabullirse, llegando incluso a machucar a la mujer del marcial en la mano. Sin bloqueo, Antonio Losilla lo tenía completamente inmovilizado. Pasados unos minutos, llegó la policía.
“La mujer, la víctima, tiene marcas en el cuello”, dijo Antonio, parado en la bordillo de Pedro Antonio, unos minutos luego del incidente. Visiblemente afectado por lo sucedido, ha explicado que no podía consentirlo. “No podía permitir que la maltratara. A mí me gustaría que si a cierto que yo quiero le pasa eso, hubiera cierto que actuara en el acto”.
“Le hemos dicho que denunciara, pero no quiso porque es su marido”
Además ha recordado en la entrevista concedida a Espejo Manifiesto, como cogió vendaval y miró al cuello de la víctima. “Le hemos dicho que denunciara, pero no quiso porque es su marido. Tiene que denunciar, aunque a lo mejor tiene miedo. Quizás lleve vigésimo, treinta o cuarenta abriles… Pero por miedo no denuncia y luego pasa lo que vemos en la tele. La tragedia”.
Un instante duro para este marcial actualmente de desaparecido a la demora de una operación. “Sé de lo que hablo. Mi matriz sufrió esto. Lo he manido. Lo he vivido en carne propia, así que no podía hacer otra cosa mas que detener”.
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