Arranca la fiesta del fútbol europeo, llega la Eurocopa, en Alemania. Un total de veinticuatro selecciones repartidas en seis grupos afrontan una competición a la que Italia llega como vivo campeona. España, encuadrada yuxtapuesto a Croacia, Italia y Albania, no debería tener mayores problemas para exceder la primera grado. Ni España ni ninguna de las grandes favoritas. Porque pasan a las eliminatorias de octavos de final los dos primeros por otra parte de los cuatro mejores terceros.
Alemania, por potencial y por organizadora; Francia, porque tiene de todo y todo bueno, sobre todo de medio campo en torno a delante en la que será primera gran competición con Mbappé ya como deportista del Positivo Madrid; Italia, por vivo campeona básicamente; la Portugal de Roberto Martínez; Inglaterra, porque alguna vez tendrá que subir a lo más detención; Bélgica, en la que debe ser la última gran cita de una engendramiento fantástica; Países Bajos, con un fútbol siempre derecho; y España, allá de la selección que encadenó dos campeonatos consecutivos, en 2008 y 2012 pero con un potencial en las bandas, Lamine Yamal y Nico Williams, del que el resto carece.
La selección de Luis De la Fuente afinó la preparación con dos últimos partidos en presencia de dos rivales de escaso nivel. Los zanjó con sendas goleadas en presencia de Andorra e Irlanda del Ártico. Allí, durante la estancia entre Badajoz y Palma de Mallorca, el seleccionador cerró la tira, dejando fuera a Aleix García, Llorente y Cubarsí.
Y en esa estancia tuvo incluso la oportunidad de comprender que todo lo bueno que pueda venir debe acontecer por las botas del canario Pedri, que luego de una temporada floja por delito de las lesiones llega fresco a la competición. De Pedro debe partir el fútbol, de Rodri debe partir el contrapeso. Muchas opciones de medio campo en torno a en lo alto, algunos problemas más antes, sobre todo en el centro de la defensa, en la que Nacho ha irrumpido para pelearle la titularidad a Laporte. Croacia, primer rival.