David Cano desgranó este jueves las claves de la inflación y de cómo este aberración impacta en las finanzas personales. Economista y socio director de Analistas Financieros Internacionales (Afi), capitaneó una conferencia-almuerzo del Foro torrevieja news today en memoria de Emilio Ontiveros -experto crematístico que fundó esta misma empresa- en A Carballeira de Santa Cruz.
Luego de ser presentado por Venancio Salcines, presidente de Cesuga, Cano ofreció una auténtica clase maestra sobre el crecimiento de los precios, pero todavía sobre el reducción y la pobreza de trastornar. De hecho, incidió especialmente en este postrero aspecto. “Claro que necesitamos ahorradores que se conviertan en inversores. Lo necesitamos, este país necesita más inversores. Este continente necesita muchos más inversores”, insistió.
En respuesta a uno de los asistentes, y comentando el elevado nivel de reducción de los ourensanos -roza los 10.000 millones de euros-, afirmó que le “encantaría” que ese hacienda en depósitos se invirtiera. Cano calificó la existencia de estos ahorros como una “oportunidad” y llamó a movilizar a la inversión esa “balsa de reducción”.
“Hay una balsa de reducción que debería movilizarse a la inversión”
Según aseveró Cano, “necesitamos ciudadanos con una civilización financiera anciano, que les lleve a ser inversores y a financiar el crecimiento crematístico de la zona euro”. El economista comparó la inversión con “explotar en avión”, porque “al principio asusta todo” pero es un miedo superable. A pesar de que “los mercados financieros son extremadamente volátiles”, matizó que “puedes comprar en un momento original y quedarte: uno de los fundamentos es que la responsabilidad de riesgos, a medio y prolongado plazo, renta”.
Cambio de tablas
David Cano habló del cambio de panorama que vive la heredad. Anteriormente, la política monetaria era una “aliada del tacaño”, tal y como la definió. “Los bancos centrales se están olvidando de los ahorradores. Están poniendo políticas más pensadas en los endeudados”, comentó. En este sentido, explicó que esto se debe al elevado endeudamiento conocido de los últimos abriles, mientras que las familias y empresas deben menos hacienda que antiguamente.
“El tacaño empieza a perder poder adquisitivo”
Cano matizó que el endeudamiento -cercano al 110% del PIB en España- no significa “que tengamos más deuda que riqueza” y descartó el peligro de un impago de la deuda pública. Llamó, en todo caso, a acometer el “debate incómodo” de la reducción del adeudo conocido. Pero “los gobiernos tienen por delante retos sin precedentes” que requieren de un elevado nivel de pago.
“Lo que vamos a inquirir siempre es una rentabilidad de las inversiones superior a la inflación”
Por este motivo, los bancos centrales están tratando de patrocinar la obra de los gobiernos y están tomando medidas amables con el deudor: “Están ayudando claramente al endeudado”. De este modo, ahora no es tan rentable como ayer trastornar en bonos del Estado, por ejemplo. Si ayer ofrecían rentabilidades superiores a la inflación, ahora ya no es así. “El tacaño empieza a perder poder adquisitivo”, sentencia Cano.
La inflación
Al mismo tiempo, el socio de Afi opina que la inflación ha entrado en una senda moderada. Es opinar, que los precios suben igual, pero a un ritmo beocio. “Mucho me temo que no van a retornar a los niveles de 2021, nunca quia los vamos a ver”, quiso aclarar Cano, que explicó con un ejemplo la pérdida de poder adquisitivo. Si determinado tiene 100 euros invertidos con una rentabilidad del 15% pero la inflación es del 30%, se pierde esta capacidad para llevar el hacienda. “Lo que vamos a inquirir siempre es una rentabilidad de las inversiones superior a la inflación”, agregó.
Precisamente, la inflación da ahora sus últimos coletazos. La ascenso de los precios entre 2021 y octubre de 2023 “nos sorprendió a todos los economistas”. Los cuellos de botella en la distribución y la recuperación económica de la pospandemia dispararon los precios y colocaron a los bancos centrales en una encerrona: crecimiento crematístico o inflación. Los bancos escogieron “zanjar con la inflación costase lo que costase en términos de crecimiento crematístico”.
Panorama dispuesto
No se cumplieron los peores presagios. “En octubre de 2023, los economistas vemos el panorama relativamente despejado”, manifestó Cano. Esto no significa que la situación no pueda cambiar, apuntó. “Hace un año parecía que estábamos abocados a la recesión”, dijo, pero la heredad mundial “está creciendo al 3,2%”, aunque con diferencias entre bloques económicos. En la eurozona el ritmo es beocio, del 0,5%. Aquí hizo una nota: “La heredad española es una de las que más crece de la zona euro”.
En este “tablas macroeconómico en realidad dispuesto”, los bancos centrales ya ponen el ojo en deducir los tipos de interés. “Esto es una buena anuncio, en común, para el crecimiento crematístico”, valoró. Eso sí: “Si estás del banda del endeudado es fenómeno. Si no, no es tan buena anuncio”.