El festival de música Sierra Nevazón por todo lo suspensión llega a su decimocuarta tirada manteniendo sus dos principales señas de identidad: es arbitrario y se celebra a 2.100 metros de altura, lo que garantiza una oscuridad fresquita aunque tenga área en agosto. En concreto, los días 23 y 24.
Habrá tres conciertos cada día. En la etapa inaugural, el cartel lo encabeza el clase Mujeres, que pese a su nombre está compuesto exclusivamente por hombres. Es un trío barcelonés que empezó a funcionar en 2007 y ha publicado seis álbumes. Dicen que hacen «música vieja con zapatos nuevos» y en la destreza eso se traduce en un pop-rock potente que puede emparentarlos con Los Punsetes o Carolina Durante.
Esa misma oscuridad todavía se subirán al escena Alberta Cross, que, para no variar la tónica, juegan al despiste con su nombre porque no se manejo de una cantante con ese nombre sino de un clase liderado por el sueco Petter Ericson. Es el único componente que se mantiene desde 2005, cuando la manada se formó.
Han xilografía siete álbumes en los que se han movido fundamentalmente por el ámbito del rock, con más influencia norteamericana que inglesa. Su postrer trabajo se claridad Sinking ships y fue editado en 2023.
Berrinches, ilustres veteranos
Igualmente es tradición en el festival darle sitio a grupos de la zona, de ahí que completen la etapa Berrinches (sin el Los delante). Ahí se han juntado ilustres veteranos como Hechizo Doblas, que fue bajista de 091 o TNT, o Juan Codorníu, guitarrista de Lagartija Nick y presente en otros proyectos como Matilda, Hareh Lareh o Valparaíso.
El cantante Monago Tornado, músico pero todavía patrón de la ámbito musical con su bar Tornado; el guitarrista Banin Fraile, guitarrista de Los Planetas, aunque no en la expedición de este verano; y el baterista Antonio Pelomono, que toca en el clase del que ha pillado prestado el patronímico. Juntos hacen versiones de música garajera y power pop.
Para el 24 de agosto, el principal atractivo es Hinds, un clase de mujeres -esta vez sí- surgida en Madrid en 2011. Es un cuarteto que practica un pop-rock de raya clara, con escasa distorsión. Alterna el castellano con el inglés y sus discos han tenido proporcionado repercusión en el extranjero, cosa que les ha permitido, entre otras cosas, colaborar con un consagrado como Beck.
Jordana B. es la segunda puesta de la etapa. Es otra manada madrileña que lidera la todavía actriz María Solá y que ha xilografía un elepé y varios singles. En su caso combina el pop con otros géneros, como la cumbia, y suya es una curiosa ajuste del ‘Common people’ de Pulp, que ha sabido admitir a su ámbito.
Los granadinos de la velada son Red Soul Community, que llevan desde 2005 siendo un referente de la música jamaicana. El cuarteto ha evolucionado desde el ska y el reggae de sus inicios a una música más convincente, adyacente ya con el punk o el hardcore, que remite a grupos como Rancid. Habituales en festivales internacionales, ha editado hasta ahora tres discos y un buen número de singles.