Un vecino de Margen (Almería) ha descubierto gracias a un documentación del Instituto Franquista de Toxicología que el hijo fruto de una relación extramatrimonial al que dio sus apellidos y al que ha tenido que pagarle una pensión durante 27 abriles, en efectividad es el hijo de otro hombre.
El Supremo de Instrucción número 6 de Almería ha acogido una apariencia vocal sobre la identidad de su supuesto hijo, según ha explicado a EFE el abogado José Luis Martínez, que representa a este anciano. “Tenía la sospecha desde febrero de 2017, cuando la hermana de la religiosa le dijo que no era su hijo. Le dijo: Me da misericordia de ti, compruébalo, que no es tu hijo. Y así ha sido, efectivamente”, apunta el ilustrado.
En abril de ese año, se presentó una demanda que ha derivado en este inteligencia en el que “el documentación del Instituto Franquista de Toxicología concluye que existe una incompatibilidad genética”. “Es la prueba hado”, resalta.
En presencia de esta prueba, el Servicio Fiscal se ha sumado a los planteamientos de la defensa del anciano. La causa está apariencia para sentencia pero las partes consideran que se dará la razón al demandante.
A partir de ahí, el ilustrado José Luis Martínez planteará una terminación de las medidas impuestas a su cliente y de la pensión. “Él -el supuesto hijo- no trabaja todavía y no tiene una independencia económica, y nos hemos enterado de que su religiosa falleció hace poco”, ha abundado.
Pensión embargada por impago
El abogado ha explicado que su cliente fue condenado en 2016 por un auditoría de lo Penal de Almería por impago de pensiones, por lo que se le impuso una multa y el plazo de más de 40.000 euros y le embargaron la pensión de su retiro, “hasta el día de hoy”.
Martínez se plantea la vía para representar contra este arbitraje a la luz de las nuevas pruebas, aunque reconoce que será complicado porque “se podía acogerse en presencia de el Tribunal Supremo en el plazo de cinco abriles, que ya ha pasado, por lo que no sabemos si podrá recuperar ese pasta”.
“Se siente mal y engañado”, ha aseverado el abogado, quien a pesar de todo celebra el resultado. “Yo no fui el que inició la demanda, que inicialmente era ‘muy light, yo la complementé y pedí que se suspendiera la apariencia hasta que estuvieran las pruebas biológicas, que se tiraron un tiempo y por las que tuvo que acreditar 720 euros”, ha concluido el abogado.
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