«Vengo desde México a jugar»


Pikachu, Bulbasaur o Charmander invaden este fin de semana las calles de Madrid, desde la Gran Vía o el paseo del Prado hasta el parque Juan Carlos I. Sin secuestro, encontrarlos puede resultar ficticio si no se tiene la aplicación de Pokémon Go descargada en el teléfono móvil. Sí, ha sabio aceptablemente. Este videojuego que llenaba el Retiro en 2016 vuelve dar que departir en la haber. Miles de entrenadores desde Reino Unido, México o Australia –algunos de ellos incluso es la primera vez que viajan en avión– recorren ya la ciudad de boreal a sur en sondeo de las recompensas más especiales y que han sido liberadas con motivo del Pokémon Go Fest.

Madrid es anfitriona de la reunión presencial más importante de Pokémon Go. «De modo anual organizan este evento, eligiendo un país en Asia, otro en Europa y otro en Estados Unidos», determina a este revista Esther Torralba. «Estábamos impacientes por que llegara a Madrid», determina la jugadora, que encima administra el canal de Youtube especializado en Pokémon Paranoias Gamers. La ciudad de Sendai, en Japón, y Nueva York son las otras dos ubicaciones escogidas por Niantes y Nintendo para conservar los eventos de este año.

Este videojuego de existencia aumentada consiste en apañarse y capturar personajes de la clan Pokémon escondidos en distintas ubicaciones y contender con ellos. El hacedor diferencial que tiene frente a otros es que se hace al éter soberano y es necesario desplazarse físicamente por las calles de la ciudad para progresar. Juanjo, embajador de Pokémon Go en Madrid, lo define de una modo más simple: «Es un charnela para socializar».

Claudio e Israel, que vuelan desde San Luis Potosí (México), y José Miguel, de Colombia, se han conocido en la ruta del Paisaje de la Luz, organizada por Paranoias Gamers. Aunque llevan al punto que unas horas en Madrid, no han dudado ni un segundo en sumarse a la quedada que recorre el paseo del Prado desde la etapa de Atocha hasta la fuente de Neptuno.

El festival dispone de dos ubicaciones en las que se congregarán miles de entrenadores –término con el que se denonima a los jugadores– de todas las edades y nacionalidades. Todos ellos pasarán medio día en el parque Juan Carlos I y el otro medio explorando la ciudad de Madrid. El Junta de Madrid ofrece así cinco rutas oficiales con experiencias exclusivas, bonus especiales y muchas sorpresas –todas ellas interiormente del charnela–, que encima permanecerán en la ciudad una vez el festival termine.

Paseos privilegiados

Entre Sol y Gran Vía, en los callejones de Malasaña, a través del Madrid castizo de La Latina o recorriendo el Manzanares hasta Matadero, los jugadores no olvidan sus botellas de agua y una cacharros portátil para excavar en el universo Pokémon en unos paseos privilegiados.

Imagen principal - Una quincena de entrenadores capturan Pokémon entre la estación de Atocha y el Museo del Prado
Imagen secundaria 1 - Una quincena de entrenadores capturan Pokémon entre la estación de Atocha y el Museo del Prado
Imagen secundaria 2 - Una quincena de entrenadores capturan Pokémon entre la estación de Atocha y el Museo del Prado
Ruta Pokémon en el Paisaje de la Luz
Una quincena de entrenadores capturan Pokémon entre la etapa de Atocha y el Museo del Prado
Tania Sieira

«He jugado en muchas ciudades y Madrid se diferencia por la naturaleza. La esencia es tener una zona segura sin pasos de cebra o carreteras. Hay otros lugares que son demasiado urbanitas, pero la haber es mucho más dinámica y segura», determina Juanjo, uno de los 16 embajadores o líderes de comunidad de Pokémon Go en España y único que hay en Madrid.

Aunque parezca un videojuego que se ha quedado a espaldas en el tiempo, lo cierto es que miles de personas pasan sus ratos libres combatiendo y evolucionando sus personajes. Las ventajas para este videojuego que ofrecen las múltiples zonas verdes de la haber, asimismo llevan a la dispersión de la comunidad. «Mi liga es de 1400 personas, pero en Retiro hay 1700 personas y en el centro son 1800. Estamos disgregados porque hay muchas zonas de charnela», explica.

El madrileño achaca el olvido que sufrió el Pokémon Go a la tardanza en salir la segunda reproducción. «El charnela tiene mucho potencial, pero en la primera no había prácticamente falta y se tenía que presuponer donde encontrar los Pokémon», continúa Juanjo.

Sin secuestro, el hacedor esencia por el que pervive es que tan solo se puede aventurar al éter soberano y muchas de estas veces se necesita acogerse a más personas por lo que supone un vínculo entre generaciones. «He conocido hasta muchedumbre de 90 abriles jugando», asegura.

Pero esto no queda aquí. Muchas parejas se han conocido a través de este videojuego y hasta se han casado. Por ello, algunos de ellos aprovecharán este festival para celebrar el bienquerencia con Pikachu de testimonio, pues el Pokémon Go Fest asimismo organiza una experiencia peculiar de pedida de mano. Los novios tan solo deberán cerciorarse de resistir los anillos.

Israel, Claudio y José Miguel esperan que este fin de semana se convierta en una de las mejores experiencias de su vida. Para Claudio, este es el primer delirio que hace en avión. «Llevamos solo unas horas en Madrid, pero ha empezado muy aceptablemente», aseguran. Se acaban de conocer, pero ya tienen claro que serán buenos amigos, pues loque los une es «el bienquerencia al charnela».

Los tres recuerdan el día exacto que entraron a la aplicación por primera vez: Israel el 5 de julio de 2016 y José Miguel y Claudio el 7 de julio de ese mismo año. Desde el primer momento era que no podían dejar escapar esta oportunidad. «El plan era venir con más muchedumbre, pero por problemas de trabajo no pudieron personarse. Adicionalmente, costearse el delirio no es liviana y al final soy el único que ha podido», relata el colombiano.

«Fue como una niñera»

Sin secuestro, el hacedor nostalgia asimismo es importante en el vínculo generado con los jugadores. «Para mi, los juegos de Pokémon fueron como una niñera. Había veces que no podían cuidarme y me dejaban con el charnela», determina Israel, que el videojuego le ha acompañado desde la infancia hasta la etapa adulta. Y, no solo resultó ser un incentivo a socializar, sino asimismo un petición educativo. «Yo aprendí inglés con Pokémon», admite José Miguel.

La pandemia de la Covid-19 supuso un gran asalto para muchos. «Desaparecieron comunidades porque no podíamos juntarnos», cuentan. Sin secuestro, con el paso de los abriles y el esfuerzo puesto por la compañía como por los amantes del charnela, consiguieron hacer que saliera delante.

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