Los abriles pasan, pero los cimientos de la Corona permanecen inalterables. Es lo que se desprende de las siete imágenes que la Casa de S. M. el Rey ha distribuido con motivo del décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI. En ellas se puede ver al Rey sentado en el escritorio que durante 39 abriles ocupó Juan Carlos I y frente al retrato de Carlos III que pintó Antón Rafael Mengs en 1761 y que Don Felipe mandó colocar en su despacho tras su proclamación en presencia de las Cortes Generales el 19 de junio de 2014, cuando se presentó en presencia de España y los españoles como un Rey que encarna «una Monarquía renovada para un tiempo nuevo».
Las imágenes transmiten a un Rey sereno, tranquilo y ponderado, que se estudia todos los dosieres que tiene sobre su mesa hasta alcanzar una profundidad que luego aprecian y valoran en positivo quienes mantienen encuentros con él: líderes extranjeros, empresarios, científicos, personalidades del mundo de la civilización, del deporte, de sectores minoritarios…
Todas las fotos de Felipe VI en su despacho por el décimo aniversario de la proclamación como Rey
El despacho del Rey es el centro crítico de todo lo que acontece en España. Ahí es donde en los últimos diez abriles Felipe VI ha recibido todas las semanas a dos presidentes del Gobierno diferentes. Donde ha afrontado avatares de índole política, económica, sanitaria y asimismo institucional, siempre con un ejemplar de la Constitución cerca y flanqueado por las banderas de España y la Unión Europea, símbolos de dispositivo, permanencia, acuerdo, solidaridad y consenso.
Diez abriles luego, Felipe VI no ha cambiado mínimo en las dependencias donde trabaja, en las que pasa más tiempo que en su propia casa. Pero estas fotografías, que actualizan las que la Casa de S.M. el Rey difundió al inicio de su reinado, muestran a un Rey más adulto, sobre el que asimismo pesa la decenio tan convulsa que le ha tocado radicar.
Felipe VI abre las puertas de su despacho en la Zarzuela en el décimo aniversario del aparición de su reinado
Lo que sí ha hecho Don Felipe es refrescar alguna fotografía de su despacho. Como la que le acompaña anejo a su escritorio, donde se le ve anejo a la Reina, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía en los jardines mallorquines de Alfabia el verano pasado.
En un reinado traumatizado por la adversidad, Felipe VI puede celebrar estos diez abriles con la tranquilidad de que la continuidad de la Corona cada vez está más consolidada en la figura de la Princesa de Asturias, una mujer preparada para afrontar los retos de su tiempo.