«Esto es un regalo para los vecinos y la ciudad»


Antonia Luque y José Almendro se encuentran en el punto informativo que hay al principio del Parque de Oriente, acoplado al final de la Avenida Blas Infante. «Estamos viendo qué tipos de árboles hay, las zonas que tiene, qué tipo de actividades se pueden hacer, sobre todo para los niños», explican. Antonia es de la avenida de El Cairo y no conocía el emplazamiento, José sí, de venir con la bici por Fátima con otros amigos. En cualquier caso, para los dos es la primera vez que acuden como paseantes a esta gran zona verde que a principios de semana inauguraba su segunda escalón. Con ella se completa la primera, que data de abril del 2022.

Las 25 hectáreas del Parque de Oriente en su integridad -con las dos fases ejecutadas- conformarán en el futuro, cuando crezcan multitud de árboles plantados, un gran pulmón de la ciudad. Probablemente uno de los mayores del perímetro urbano (El Patriarca se considera periurbano inmediato con Los Villares).

Y adicionalmente con una particular idiosincrasia, pues combina multitud de fundamentos: la pequeña ribera del regato Pedroches, zonas de humedales (cuando llueven quedan inundadas y atraen a una particular avifauna, cosa que ha sucedido este año), zona de bosque, bancos y mesas, parque canino, mesas de ping-pong y, al otro banda de la carretera, tirolinas, mirador y tobogán gigantesco. En ambas partes hay adicionalmente aparatos de ejercicios cardiosaludables. En un futuro inminente habrá que añadir mejores accesos y una pasarela por historiador Jaén Morente que la Administración de Urbanística ha sacado ya a contratación por casi 700.000 euros y que incluirá el arreglo de la calle colindante para así conectar esta gran zona verde con el corazón del mismo morería de Fátima.

«Este parque es guay para estar con los niños», comenta Jessica mientras camina con su hijo por esta gran zona verde

El parque canino está dividido en dos accesos, uno para los perros pequeños y otro para los medianos, grandes y supergrandes, como indica el aviso. Sinvergüenza, llamado igual que el perro de ‘La dama y el vagabundo’, se ejercita allí en presencia de la atenta observación de su dueña, Estefanía Domínguez. Es un cruce de agricultor y mastín recogido gracias a una ordenamiento de mujeres que se dedica a cosechar cachorros abandonados. Ya no le quedan rasgos de cría y, desde luego, se le podría encuadrar perfectamente entre noble y supergrande.

«Tiene para sobrevenir por debajo de una casetita, para subir y apearse rampas o para saltar vallas», explica Domínguez, quien realiza una pequeña reivindicación: que las fuentes de agua tanto de perros como de humanos cuenten con surtido, pues ahora mismo no funcionan. Sinvergüenza necesita suficiente prueba, y esta zona es idónea para eso y, desde luego, para que encuentre a su Reina. Olivos, cipreses, algarrobos o álamos blancos van creciendo en sus alcorques, pero todavía queda mucho para que sus copas den sombra.


Un hombre hace deporte en el parque de Oriente


valerio merino

Ese va a ser, durante un tiempo, uno de los principales problemas del parque. Así lo indican un padre y una superiora que van con sus respectivos hijos pequeños de paseo a mediodía, eso sí, durante una trayecto nublada y relativamente fresca de esta semana. Pepe Cobos lleva en su cochecito a su bebé, Ana. Aunque no es de Fátima había quedado con unos amigos en el morería. «En verano será complicado estar por aquí hasta que no estén las sombras que parece que le faltan», explica.

«Esto es un plan maravilloso en comparación con lo que había antiguamente. Es un sitio para disfrutar», dice un afortunado

Por su parte, Jessica Sánchez pasea en el parque con su hijo Rafael. Jessica sí es del morería de Fátima y echa igualmente en yerro las sombras, aunque reconoce que «el parque es guay para estar con los niños».

Lo cierto es que los más pequeños se topan con una tirolina y, tras un montículo, con un gran tobogán que parece una media tubería metálica insertada en la irresoluto. La capacidad deslizadora de su superficie es cuestionable, pero seguramente gracias a ello no habrá descalabros al final del represión. En la zona de la tirolina descansan en un bandada padre e hijo; es opinar, Sebastián Fernández y José Fernández, quien define con entusiasmo al Parque de Oriente como «un monumento urbano» y «un regalo para los vecinos y la ciudad». Su padre, Sebastián, especifica que el emplazamiento «es una cosa maravillosa en comparación con lo que había antiguamente, y un sitio para disfrutar». Tanto ellos como varios de los consultados por torrevieja news today avisan de la condición de combatir el vandalismo.

Primera piedra en 2006

Ya hay un bandada roto, y en la parte correspondiente a la primera escalón suelen ser habituales los cristales rotos, pues se mira para otro banda con respecto al botellón. Al ganancia de eso, y hasta que sigan las pertinentes obras, toda la parte correspondiente al regato Pedroches cuenta con notables cantidades de basura y, para colmo, los senderos colindantes son utilizados por los dueños de perros como váteres directos, por lo que el suelo está plagado de excrementos hasta límites extremos, poco que continúa por calles adyacentes que van a detener al propio morería.

«En verano será complicado estar aquí hasta que no estén las sombras que le faltan», afirma un hombre que pasea por el parque

En la parte recién inaugurada existe un mirador. Hasta allí llega un peculiar ciclista, José Antonio Murillo, quien desdeña la carretera y el campo para realizar en biciclo de montaña diversos itinerarios siempre por la ciudad, teniendo diversos jardines como puntos indispensables de sus recorridos. «Este emplazamiento detención no lo conocía, y es una maravilla, qué suerte tienen los vecinos de este morería con lo que van a tener interiormente de unos primaveras con las sombras», afirma este vecino, a su vez, del Parque Azahara. «Esto es como el Parque Cruz Conde, que al principio parecía hecho de aquella guisa y ahora da paladar pasear por ahí», vaticina.


Audiencia de parte del parque de Oriente


valerio merino

En el parque de Oriente ya da paladar pasear por su carácter único y heterogeneidad de ambientes, a lo que hay que unir su cercanía a los parajes más campestres del Riachuelo Pedroche, acoplado al banda, lo que lo convierten en un emplazamiento idóneo como parterre urbano y, a su vez, inicio de zonas más silvestres. Familias, senderistas, corredores y ciclistas dan fe de esta particular idiosincrasia. Y todavía hay mucho por hacer. Sus posibilidades son enormes.

Los cordobeses disfrutan ya de una gran zona verde que, hay que rememorar, se sumió durante primaveras y primaveras en el exclusión más tajante. Porque fue en 2006 cuando se puso la primera piedra. Eran los primaveras del expansión de la construcción y un convenio urbanístico con Prasa, dueña mayoritaria de suelo en la futura Ciudad de Oriente, iba a permitir hacer esta gran zona verde. Pero la burbuja inmobiliaria estalló y se llevó por delante el parque y la Ciudad de Oriente.

Hubo que esperar a 2019, con PSOE e IU en el Concejo, para que este plan resucitara. En ese prueba, concluyó su escalón cero: en ella se ejecutaron trabajos de regadío (274.732 euros) y el camino central (183.215). A posteriori, con el PP de nuevo en la Alcaldía, a finales de 2020 empezaron las obras de la primera escalón de la zona verde propiamente dicha. Los trabajos concluyeron en abril de 2022 y tuvieron un coste de 894.504 euros. Después, el gobierno municipal contrató la segunda etapa del parque, cuyas obras empezaron el pasado verano y se pusieron a disposición de los ciudadanos esta semana. Su coste fue de 2,2 millones.

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