Llega la oscuridad sin oscuridad, la oscuridad de insomnio, la oscuridad en que media Córdoba no descansa. La oscuridad en que las horas que no suelen figurar en la memorándum están marcadas en rojo con citas a las que no hay que fallar. No es un error ni la desatiendo un uno delante. 2.30, 3.30, 5.30. La hora a la que se duerme está ahora para disfrutar.
En Córdoba se tradujo textualmente por Tinieblas Blanca la expresión francesa ‘nuit blanche’, que quiere proponer oscuridad en vela, sin suceder podido reposar. No tienen por qué saberlo quienes la disfrutan, pero sí han aprendido adecuadamente el espíritu que hay detrás: al escuchar un rasgueado de guitarra se abole el tiempo de todos los días, se olvidan los compromisos con el refrigerio y con la prudencia y el cuerpo parece que recupera el vigor de los días grandes. No se puede reposar cuando Córdoba se está llenando de arte jondo.
Y así va a ser cuando el sol se vaya despidiendo de la ciudad y comienzo la Tinieblas Blanca del Flamenco, que alcanza su estampado número 15. En este tiempo se ha consolidado la cartografía, de forma que cuando se pasa por ciertas plazas de la Córdoba de siempre, los que esta oscuridad no tendrán sueño ni ganas siempre evocarán algún quejío, una guitarra que se rasgó convocando a los duendes telúricos del arte y un zapateo en que el bailoteo volvió a cincelar la mejor escultura efímera.
José Mercé (Las Tendillas, 22.30)
La Tinieblas Blanca del Flamenco se vive en el corazón de Córdoba y nace siempre en Las Tendillas. No error desde la primera estampado que los más impacientes tomarán asiento cuando todavía sea de día, porque en las fechas próximas al solsticio de verano la oscuridad siempre tarda en hacerse. Este año el tablado no estará dando la espalda al temporalizador y a la calle Gondomar, como es habitual, sino en la parte más próxima a la calle Claudio Marcelo y al instituto Góngora. Allí, a las diez y media de la oscuridad, con el sol de despedida por el oeste, se subirá José Mercé.
José Mercé, en una acto
La Tinieblas Blanca del Flamenco es rica en contraste entre las propuestas, entre veteranos absolutos y noveles que empiecen a darse conocer con un acento propio. El jerezano es de los primeros, un comediante que conoció la prestigio del Concurso Franquista de Arte Flamenco de Córdoba al ganarlo en 1986 y que desde hace décadas levanta la estupefacción de los amantes del cante más puro y con mejor conocimiento, pero todavía de quienes tienen gustos musicales que difieren, y que lo encontraron haciendo incursiones, y por él llegaron a un cierto flamenco. En la pureza o en el mestizaje, la fuerza de su cante será la mejor forma de convocar a los duendes de lo jondo.
Israel Fernández (Plaza de San Agustín, 0.00)
Desde allí habrá que nominar. No se podrá estar en todo, porque así es la Tinieblas Blanca. Conciertos arbitrario para todos los gustos, pero a veces con horarios coincidentes. Un plato cachas llega acordado a la medianoche, cuando al tablado de la plaza de San Agustín se suba Israel Fernández, un pollo autor que parte de unas raíces muy clásicas, pero siempre irresoluto de lo contemporáneo, como pone de manifiesto en su final disco, titulado ‘Pura familia’, donde muestra su forma de entender la expresión más auténtica.
Gerardo Núñez (Patio de los Naranjos, 0.00)
A esa misma hora muchos podrán disfrutar en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de la guitarra de Gerardo Núñez, que caminará entre los palos más clásicos y con la fuerza de sus composiciones.
Mercedes de Córdoba (Entorno de la Calahorra, 1.00)
El flamenco es todavía bailoteo, la expresión que se hace con el cuerpo y la inspiración del movimiento, y en eso una de las más destacadas en los últimos abriles es Mercedes Ruiz Muñoz, que lleva a su ciudad en su nombre hermoso.
Mercedes de Córdoba, en un espectáculo flamante
Mercedes de Córdoba pondrá el acento almacén a la Tinieblas Blanca a partir de la una de la albor en el entorno de la torre de la Calahorra. Llega con el espectáculo ‘Sin más’, que incluye la sorpresa de apropiarse formas distintas según la inspiración de su autora, muy ilusionada por poder aparecer a Córdoba en una oscuridad pensada para el flamenco.
Grupo de Leyendas (Plaza del Conde de Priego, 1.30)
La Tinieblas Blanca del Flamenco se sostén muchas veces en lo imprevisible, y eso se hará verdad en la plaza del Conde de Priego, con un espectáculo que es mucho más que un tributo a artistas fallecidos. Con el título de ‘Grupo de Leyendas’ se rendirá tributo a Chiquetete, Manzanita y Bambino, en las voces de Fran Cortés, José Ortega y Manuel de Angustias, respectivamente, que interpretarán algunas de las canciones con los que sus familiares se hicieron un hueco en la memoria colectiva.
Antonio Carmona (plaza de la Corredera, 2.30)
La plaza de la Corredera es el zona de los conciertos más populares y recibirá a Antonio Carmona, una voz muy conocida desde sus tiempos de Ketama. Su espectáculo, rodeado por los suyos, estará en esencia de una grupo flamenca.
José Manuel Tudela (Compás de San Francisco, 3.00)
Continuará la guitarra flamenca a las 3.00 de la albor en el Compás de San Francisco y en los dedos de José Manuel Tudela, que hace un alucinación por sus saludos en ‘Terciopelo’, con las composiciones del propio autor.
Pedro ‘El Granaíno’ (Plaza del Potro, 3.30)
Seguirá avanzando la albor y a las 3.30 los amantes del flamenco podrán disfrutar del arte de Pedro ‘El Granaíno’, cantaor que en los últimos abriles se ha reses el aprecio de quienes entienden el flamenco como un pasión. La plaza del Potro, zona flamenco por excelencia, será el tablado.
Derby Motoreta’s Burrito Kachimba (Jardines del Alcázar, 5.00)
El fin de fiesta llegará casi a la amanecida siempre temprana de junio, porque el conjunto Derby Motoreta’s Burrito Kachimba protagonizará el concierto final en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos.
Se tráfico de un conjunto que parte del flamenco para hacer una propuesta de rock que tiene muchos seguidores. El conocido pollo, el que más aguanta, lo hará casi con las luces del día.