El Museo Bellas Artes se queda como asignatura pendiente de la cultura cordobesa


La Biblioteca Reunión Cántico bate récord de usuarios y ya es hoy la más utilizada de todo el conjunto andaluz. Mientras tanto, el Museo Arqueológico se prepara para que a finales de año den aparición las obras de reforma de su sede diferente, el Palacio de los Páez de Castillejo. La civilización cordobesa va saldando sus deudas, aunque sea con flema extrema, pero tiene aún una asignatura irresoluto de primer nivel: el Museo Provincial de Bellas Artes.

Sito en el histórico Hospital de la Caridad, en la plaza del Potro, hace décadas que se quedó pequeño -en los 70 ya se hablaba de ello en la prensa- y se llegó a la conclusión de que había que buscarle nuevo emplazamiento y construir una nueva sede. Llegó a estar en presupuestos en los abriles de Carmen Pelado como ministra, pero nunca ni uno de los euros prometidos por los gobiernos de la época se ejecutó para ese proyecto-. Eso a pesar de que en el año 2009 se le llegaron a consignar casi tres millones de euros.

«El plan museográfico está hecho desde 2011 y se remitió desde la Consejería de Civilización, por lo que el Ocupación debe tenerlo»

Fuensanta García

Exdirectora del museo

La directora del Bellas Artes en aquella época, Fuensanta García, recuerda «que el verano de 2011 se remitió desde la Asamblea de Andalucía al Ocupación el tesina que realizamos en el Museo y el plan museográfico», que estaba pensado para un solar que por entonces ofrecía el Cabildo en el entorno de La Calahorra. Nunca se ejecutó nadie allí y en las últimas legislaturas la respuesta del Ocupación ha sido siempre la misma: explicar que no era una prioridad para el sección y dejarlo fuera una vez tras otra de los presupuestos ministeriales. Desde hace ya casi 15 abriles ni siquiera aparece en las cuentas generales del estado como inversión a realizar.

«Estamos en el mejor momento para afrontar este encomienda tras el que dejó Fuensanta García y con un director verde y dinámico»

Miguel Gómez Losada

Pintor

La última respuesta del Gobierno fue aún más preocupante, pues a inicios de 2023 explicó que no se sentía competente para determinar qué deyección debía tener el solar que ceda el Cabildo de Córdoba para el nuevo museo, poco extraño si se tiene en cuenta que en el expediente de este tesina debe de estar el plan museográfico que se elaboró hace ya 13 abriles. Lo que hacía el Gobierno con este movimiento importante era aventajar tiempo y pasarle el asunto a la Consejería de Turismo, Civilización y Deporte, que es la gestora del espacio al tratarse de una competencia cedida a las autonomías.

Es proponer, que de un modo u otro hay tres administraciones implicadas, lo que complica el asunto. Por ahora, tan poco probable resulta que el Gobierno reclame otra vez un plan de deyección a la Asamblea para iniciar el procedimiento -o una aggiornamento del existente- como que las tres partes se sienten en una mesa para analizar la situación. Prisas con este asunto no parece tener nadie y nadie parece siquiera querer liderar la iniciativa a pesar de que, por dialéctica y una vez concluidas las inversiones de la Biblioteca y del Arqueológico, debe de ser la ulterior gran reto cultural del Gobierno central en la ciudad.

Los artistas cordobeses muestran sin incautación su pesar por la situación que padece un espacio que es fundamental para la promoción de las artes plásticas. Muestra de ello es por ejemplo la opinión de uno de los decanos de la pintura cordobesa, Antonio Bujalance, que se lamenta a menudo de que «hoy es casi inverosímil ver en la ciudad obras de mi vivientes o de la precedente, lo que demuestra que un Bellas Artes en condiciones es totalmente necesario».

«Es muy difícil ver en Córdoba una obra de mi vivientes o de la vivientes precedente, por lo que es necesario»

Como todavía explica el célebre tallista José Manuel Belmonte, «Córdoba es una de las provincias con maduro protagonismo en la historia de la pintura y la escultura españolas, lo que ha provocado que el Bellas Artes tenga una gran colección que ha ido llegando a sus fondos por diferentes vías». El problema, explica, «es que lo que hoy se expone es solo una parte muy pequeña, lo que impide que los propios cordobeses seamos conscientes de esa gran historia que se ha construido con grandes artistas del pasado y todavía actuales».

Belmonte considera que esta dejadez lo que provoca «es que las artes plásticas cordobesas vivan en una situación de inferioridad respecto a otras disciplinas, cuando la tradición de nuestra tierra en este campo acumula siglos de historia y grandes nombres en casi todos los periodos». «Construir un Museo de Bellas Artes es condiciones es saldar una deuda con nuestra propia historia», concluye.

El pintor Miguel Gómez Losada explica que su parte que para los programas de arte contemporáneo hay agentes más activos que el Bellas Artes y no es su cometido, pero sí considera esencia el museo para difundir la historia artística de un comarca y para conservar los diversos eslabones. «Ahora por ejemplo hay una vivientes inmediatamente precedente a la que tenemos, la de Rafael Orti, Marcial Gómez, López Trabajador y Pedro Bueno, cuyo encomienda no está calando en la sociedad, por lo que ahí hay un trabajo que debería hacer el Bellas Artes si tuviese un espacio y un presupuesto adecuado».

«Es impensable que la mayoría de los fondos de nuestro museo estén guardados en un almacén»

Clara Gómez Campos

Comediante y profesora

Gómez Losada todavía recuerda la privación de tener una sala de exposiciones temporales adecuada -la flagrante es un pequeño pasillo- y de poder hacer exposiciones que establezcan juegos entre diferentes artistas. En cualquier caso, el comediante cree «que estamos en el mejor momento para ello, con el gran trabajo que dejó Fuensanta García y con un director verde y dinámico muy adecuado para coordinar este proceso de cambio».

La comediante y profesora Clara Gómez Campos explica por su parte que «la mejor forma de hacer accesible a los más jóvenes y no tan jóvenes el mundo del arte y la civilización es apostando por espacios públicos como el Museo de Bellas Artes». «Si no concebimos una ciudad sin un Museo Arqueológico, el cual vigilante y difunde nuestro pasado histórico, es impensable todavía que la mayoría de los fondos de nuestro museo de Bellas Artes estén ‘bajo tierra’ en un almacén».

La creadora, miembro del conjunto Algazara, teme que si no se actúa con celeridad «es posible que las nuevas generaciones se desconecten de nuestro pasado bello y no les despierte interés ya que el espacio donde se muestra no se ha renovado desde hace décadas». «Haciendo accesible la civilización, conseguimos que el pasado no se olvide, el presente se disfrute, y el futuro se enriquezca», finaliza.

«El problema que sufre impide que los cordobeses seamos conscientes de la importancia que ha tenido nuestra tierra en la historia del arte»

José Manuel Belmonte

Grabador

Por extremo, todavía el pintor José Luis Muñoz se suma a esta demanda histórica. «Está claro que exponer los fondos es fundamental, pero todavía importante es que el arte histórico y el contemporáneo pueden dialogar entre sí se sigue una política de exposiciones adecuada». El comediante concluye señalando que todavía es importante para que lo contemporáneo se pueda ubicar en el relato completo de la historia del arte cordobés y ser de este modo «un atractivo para el turismo y un motor de difusión».

Todos coinciden en extracto en que el Bellas Artes es la asignatura irresoluto, el tesina que debe obtener que Córdoba comprenda así la importancia que ha tenido a lo abundante de los siglos en el mundo del arte y en específico en periodos cimeros como la Permanencia de Plata o el Siglo de Oro y que sirva todavía para permitir que el pasado dialogue con el presente.

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