El calor se intensifica y, conexo con las altas temperaturas, igualmente aumenta el consumo de agua en los hogares. El suministro de agua es el más esencial de todos los servicios domésticos y su costo puede ser una preocupación… o no, dependiendo de la región en la que residas. Si calculamos la bollo anual para un consumo de 175 m³, que es el promedio de un hogar de tres o cuatro personas, se pueden observar que las diferencias son harto notables: mientras que los residentes de Guadalajara pagan 164 euros por este consumo, en Barcelona la bollo asciende a 520 euros, más del triple. En ciudades como Murcia, Alicante, Palma, Huelva, Lérida, Tarragona y Cádiz, las facturas igualmente superan los 400 euros anuales.
Barcelona, Murcia y Alicante son las ciudades que más pagan en su bollo del agua.
Si analizamos los costes fijos que se reflejan en la bollo del agua, vemos como el porcentaje que pagamos de suministro es el más elevado, un 54% corresponde a este servicio por enterarse el agua, tratarla para hacer que sea potable y distribuirla hasta los hogares. En beocio porcentaje, pagamos el saneamiento o alcantarillado, que ocupa el 45% del coste total.
El 1% que desatiendo pertenece al equipo de medida o contador. Sobre estos importes, fuera de excepciones, se aplica el IVA del 10%, 21% para el arriendo del contador. Igualmente es global que se impongan cánones provinciales o autonómicos para cubrir gastos específicos, a menudo relacionados con el saneamiento.
El saneamiento es el servicio más caro, ocupa un 54% de la bollo total.
El hecho de que el coste fijo más elevado sea el de traer el agua a los hogares hace que las dificultades de acumulación que tienen algunas ciudades de la cuenca mediterránea les afecten directamente en el precio. Esto hace que paguen precios más altos por el suministro de agua.
Sin incautación, el aumento de las facturas igualmente se relaciona con el encarecimiento de los gastos de saneamiento, lo cual es difícil de evidenciar, ya que la ocupación de una empresa depuradora no debería variar significativamente entre diferentes lugares. Por el contrario, por lo común, las ciudades que pertenecen a la cuenca cantábrica registran un maduro coste en este suministro que se traslada a un descenso considerable en la bollo total.
Las ciudades de la cuenca mediterránea pagan facturas más elevadas que las de la cantábrica.
Un problema adicional es que algunas ciudades tienen costos fijos excesivamente altos, lo que no fomenta el peculio de agua. Esto se debe a que los ayuntamientos optan por cubrir una parte considerable de los costos del servicio con la parte fija de la bollo. Encima, esta política penaliza a las viviendas que no se utilizan durante todo el año. Este costo fijo, que no depende del consumo de agua, supera los 150 euros anuales en ciudades como Vigo, Tarragona, Ceuta y Barcelona, en comparación con los poco más de 20 euros anuales que se pagan en Valladolid, Guadalajara, Badajoz o Málaga.
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