En bisectriz con el aumento interanual detectado en la mayoría de los tipos de brotes que se viene observando desde el final de las primeras fases de la pandemia, la Comunidad de Madrid registró en 2023 un récord de casos asociados a enfermedades epidémicas de origen alimenticio en la última plazo. Así, la región cerró el año pasado con 364 brotes epidémicos (5,31 brotes por 100.000 habitantes), 6.505 casos asociados (94,83 casos por 100.000 habitantes) y 301 ingresos hospitalarios.
En concreto, se registraron 154 brotes más (+73,3%) respecto a 2022, con 1.718 afectados más (+35,8%) y duplicándose los ingresos hospitalarios (de 150 a 301), según un documentación de la Consejería de Sanidad publicado en el Boletín Epidemiológico de la Comunidad de mayo.
Los datos oficiales de la Dirección Militar de Salubridad Pública, recogidos ayer por Europa Press, señalan que los brotes más frecuentes fueron los relacionados con el consumo de alimentos (BOA), hasta alcanzar los 85 (el 23,35% del total, lo que supone un incremento del 21,42% respecto al año previo, con 70). De ellos, 71 ocurrieron en comedores colectivos o estuvieron motivados por alimentos elaborados y adquiridos en establecimientos, mientras que los 14 restantes correspondieron exclusivamente al ámbito normal.
Casi la fracción, 42, afectaron a establecimientos de restauración como bares, restaurantes u hoteles, que acumularon 390 casos y 27 hospitalizaciones. Otro 16,5% de los episodios tuvo área en centros escolares, y otro 20% se produjo en domicilios particulares. Igualmente en centros sociosanitarios de diverso tipo (personas mayores, personas con discapacidad, etc.) se notificaron una decena de brotes (11,7%), y en centros penitenciarios se contabilizaron otros dos (2,4%).
Por zonas, más de la fracción de los episodios ocurrieron en Madrid renta, siendo los distritos de Centro, Latina, Salamanca, Chamberí, Tetuán y Puente de Vallecas los más afectados.
Los brotes originados en el ámbito normal fueron notificados principalmente desde atención hospitalaria (64,3%), y las notificaciones en colectivos o establecimientos se recibieron con maduro frecuencia desde particulares afectados (sea directamente, el 21,1%, o a través de denuncias en los ayuntamientos, el 22,5%) y desde los propios grupos implicados (29,6%).
En cuanto al patógeno confirmado, destacan cinco brotes que afectaron a 72 niños menores de 5 primaveras que consumieron platos elaborados con pollo con altos niveles confirmados de aminas biógenas (correcto al mal estado de la carne). Adicionalmente, se confirmó el agente en alimentos con pollo en otros dos brotes (Clostridium perfringens), en cuatro carnes variadas (C. perfringens), en dos pescados cocinados (histamina y C. perfringens), y en seis alimentos diversos.
Y respecto a los tipos de bacterias, la salmonela sigue siendo la más frecuente (53,1% de brotes confirmados) y con más ingresos (48 de 50 hospitalizaciones), mientras que la propia Clostridium perfringens generó el maduro número de casos, cuya número de anotados se elevó hasta los 2.118.
La mayoría de ellos estuvieron relacionados con establecimientos de restauración (el 49,4%); al tiempo que los brotes de gastroenteritis aguda (GEA) de origen no alimenticio contabilizaron igualmente un mayor en diez primaveras, con 103 (el 80,6% en residencias de mayores). De los citados 2.118 casos, se desprende que estos crecieron un 60,82%, con 50 ingresos hospitalarios (un incremento del 150%) y dos personas fallecidas (frente a la partida de muertes un año antiguamente).