El curioso caso de un pueblo de 14 habitantes donde Se Acabó la Fiesta ganó las elecciones europeas junto con el PP


Las elecciones europeas siempre dejan alguna sorpresa. Si hace diez primaveras la irrupción fulgurante de un incipiente movimiento político de izquierdas llamado Podemos, que tenía a Pablo Iglesias como rostro visible, asombró a propios y extraños con cinco parlamentarios, los últimos comicios de hace una semana no han sido una excepción.

La cita electoral del pasado domingo ha tenido como protagonista a un actor secundario imprevisible, como es el caso de Luis Pérez Fernández, conocido en redes sociales como Alvise Pérez, un mundo en el que este comunicador se mueve como pez en el agua. Este político populista lidera el partido ultraderechista Se Acabó la Fiesta (SALF), una formación que logró 799.966 votos en toda España, con el apoyo de comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, una de las regiones donde ha conseguido más porcentaje de sufragios.

Es aquí donde Alvise Pérez ha conseguido el 4,94 % del total de votos, por detrás de PP (41,46 %), PSOE (31,68 %) y Vox (12,99 %). Lo más vistoso es que ha acabado más apoyos que partidos como Sumar (3,02 %), que forma parte del Gobierno de España.

Guadalajara ha sido la provincia castellanomanchega con más apoyo a Se Acabó la Fiesta, con el 6,52 % de los votos y un total de 6.750 sufragios. Por detrás, Albacete, con el 5,61 % y 8.703 votos; Toledo, con el 4,85 % y 12.953 votos; Ciudad Vivo, con el 4,13 % y 7.884 votos; y Cuenca, con el 3,88 % y 3.218 votos.

Las encuestas previas a las elecciones europeas ya daban algún escaño a Se Acabo la Fiesta. Las más generosas incluso le otorgaban dos, pero prácticamente nadie esperaba los tres que finalmente ha obtenido. Un apoyo inesperado que en algunos municipios ha sido sorprendente, como en Chequilla (Guadalajara).

El nombre de este pequeño pueblo de 14 habitantes, situado entre las comarcas del Señorío de Molina y el Detención Tajo, ha saltado a los titulares de numerosas noticiario porque es uno de los dos municipios españoles, pegado con Pozanco (Ávila), donde la formación de Alvise Pérez ha conseguido más apoyo que otros partidos.

En Chequilla, de las diez personas que votaron el pasado domingo, el 40% optó por Se Acabó la Fiesta, empatando con el PP, mientras que un voto fue para el partido animalista Pacma y otro fue en blanco. Lo más sorprendente de esos resultados es que la población de esta ciudad de lo que se conoce como la España vaciada está formada, como es metódico, por personas de la tercera época.


El novicio corregidor de Chequilla, Miguel Latorre, en uno de los prados próximos al pueblo donde pacen las vacas


Imagen Cedida

«El más novicio es mi tío, que tiene 58 primaveras», reconoce a torrevieja news today el corregidor del Partido Popular de este pueblo, Miguel Latorre (23 primaveras), que gobierna a la distancia desde Madrid, donde trabaja en la compañía del sector del automóvil Stellantis Financial Services. «Yo voy los fines de semana y excepcionalmente entre semana para atender las cuestiones más urgentes», explica el regidor chequillano, que cita entre las cosas pendientes el depósito del agua que tienen estropeado desde hace más de cinco primaveras.

Además es extraordinario que este novicio político cogió el licenciatura en las últimas elecciones municipales de 2023 de su hermana Laura Latorre, que con 31 primaveras llevaba gobernando en Chequilla dos legislaturas por las siglas del PSOE. «En los pequeños pueblos se vota muchas veces más a las personas que a los partidos», afirma el contemporáneo corregidor, que no sale de su asombro por los resultados de los comicios europeos del pasado domingo, aunque los respeta. «No sé exactamente quién ha podido elegir a Se Acabó la Fiesta porque, obviamente, el voto es secreto, pero me lo puedo imaginar», comenta jocoso.

Más allá de todo eso, lo que aplazamiento Miguel Latorre son soluciones a sus reclamaciones e incrementar los ingresos de la caza y la rebaño, principal sustento crematístico del municipio que puede presumir, entre otras cosas, de los festejos en su plaza de toros de piedra y de sus bellos paisajes del Detención Tajo y del Señorío de Molina, donde acuden numerosos senderistas. «Independientemente de quien gobierne, lo que queremos en zonas como ésta, tan castigadas por la despoblación, es que se nos escuche para no terminar desapareciendo», concluye.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *