«Aquí no discutes y te pegas cuatro puñetazos; aquí te pegan un tiro»


«Toledo, el ‘vertedero’ de cadáveres de Madrid», titulaba torrevieja news today un reportaje el 10 de noviembre de 2002, domingo. La Guardián Civil investigaba el hallazgo de seis víctimas mortales en 37 días, todas ellas con signos evidentes de acontecer sufrido una asesinato muy violenta, ya fuera a hachazos o a tiros. Eso demostraba que la provincia ya era el cementerio donde las mafias que actuaban en la Comunidad de Madrid ocultaban a las víctimas de sus crímenes, principalmente en el partido legal de Illescas, uno de los siete de Toledo.

Actualmente, los procedimientos penales y civiles en este distrito, formado por 27 pueblos, «no paran de crecer desde hace abriles». Con más de 31.000 habitantes, Illescas se ha convertido en uno de los mayores centros logísticos de España. Pero asimismo es uno de los municipios donde más casos judiciales se tramitan en el país. «La sensación es de un aumento exponencial de la delincuencia», que se ve favorecida por la desatiendo de medios judiciales y policiales en esta frontera con la Comunidad de Madrid.

Lo subrayan profesionales de la judicatura, de la medicina forense y de los cuerpos y fuerzas de seguridad que participan en este reportaje. «El problema no es que estemos en el finalidad de Toledo; es que somos el sur de Madrid. Muchos malos están viviendo en nuestra zona», dicen resignados en uno de los ochos juzgados diseminados por Illescas, algunos en unas condiciones muy precarias.

En este pequeño partido legal, en la comarca toledana de La Sagra, la ratio curia/ciudadano es una de las peores, «por no proponer la peor» de España, cuentan con desasosiego. Cerca de 300.000 habitantes de derecho, aunque calculan que habrá unos 100.000 paisanos más. Luego, hay mucho más trabajo porque tiene mucha más familia. Y, entre ellos, numerosos delincuentes.


Aquí vivía como okupa Encanto, ‘el Gorrilla’, que mató a Aitor en Chozas de Canales el 29 de mayo


manuel atezado

El crimen de Borja Villacís, el 4 de junio en Madrid, volvió a centrar el foco en La Sagra y alrededores, ya que una detenida tiene su domicilio en Bargas, a diez kilómetros de la hacienda regional, y dos individuos fueron capturados en Yuncos. Son los últimos ejemplos mediáticos de una larga crónica negra alimentada principalmente desde los últimos 25 abriles.

«¿Por qué Illescas es uno de los peores partidos judiciales de toda España? Porque hay delincuencia y criminalidad», argumenta un experimentado médico forense. «Muchos malos se vienen a esta demarcación porque hay menos presión policial conveniente a la desatiendo de guardias civiles. Esto lo tienen muy estudiado», apunta un mediador con una larga carrera, que casi nada percibe delincuencia femenina. «En el sur de Madrid, todas las grandes ciudades dormitorio son demarcación de la Policía Doméstico, que siempre tienen más familia y más medios que la Guardián Civil», añade. Y pone un ejemplo: «Pegas un palo en un polígono industrial de Yuncos, Yeles o Añover de Tajo y la patrulla de la Guardián Civil te aparece a la media hora».

«Es una psicosis lo de los cultivos de maría en los últimos cinco abriles»

Hay homicidios en toda España, «pero no tan violentos como en el partido legal de Illescas; son los que yo llamo ‘accidentes laborales’ relacionados con la delincuencia», apunta un protestativo que ha examinado decenas de cadáveres. «En La Sagra hay más armas blancas y de fuego que en otros lugares. Aquí no discutes con un tío y te pegas cuatro puñetazos; aquí te sacan un armas de fuego y te pegan un tiro», asegura desde la experiencia profesional. Y enumera: «Ya no hay crímenes pasionales ni por lindes. Ahora son ajustes de cuentas, asuntos de drogas, bandas organizadas, sicarios…». Alude al crimen por encargo ocurrido en Las Ventas de Retamosa la mañana del 4 de mayo de 2018. Raúl Romero viajó desde Cataluña para ejecutar con una pistola a una mujer y a su hijo cuando iban al colegio en coche. Mercedes fue asesinada delante de Daniel, de 12 abriles, que salvó la vida.

El sensatez en el que Raúl Romero y su inductor, Luis del Castillo, ‘el Vacas’, fueron condenados se celebró en mayo en la Audiencia Provincial de Toledo, un espléndido termómetro para confirmar lo que es una evidencia. Ese palacio de Honradez es como la segunda casa de los dos médicos forenses de los juzgados de Illescas por la ingente cantidad de juicios en los que deben atestiguar: asesinatos, homicidios, tentativas, lesiones graves o agresiones sexuales en ese partido legal centran sus intervenciones. Ellos emiten informes sobre tiros, puñaladas, machetazos…, nulo que ver con lo que sus compañeros examinan en otros juzgados de la provincia. «Ni siquiera en Toledo hacienda», dicen.

Por ende, los delitos y los malos que delinquen en el partido legal de Illescas son más violentos ahora que hace abriles. «No es una percepción, es la ingenuidad», recalca un mediador. Dos décadas antes, era muy difícil encontrar un robo en una vivienda con los moradores interiormente. «Ahora buscan lo contrario. Antaño era muy difícil que el delincuente gachupin entrara en una casa con familia interiormente. Ahora, no».


María José residía de locación en Bargas hasta que ingresó en prisión por el crimen de Borja Villacís


manuel atezado

Un avezado patrullero de los cuerpos y fuerzas de seguridad confirma que ha habido «una proceso muy radical de la delincuencia en La Sagra desde el año 2000». «Hace vigésimo abriles, el malo bajaba de Madrid, delinquía y se subía por la A-42», la autovía Madrid-Toledo. Sobre 2010, la tipología de la criminalidad «cambió». Dejaron de pisar esa autovía «por la presión de la Guardián Civil y empezaron a usar carreteras alternativas para moverse entre la A-5 y la A-4. Pero con la okupación comenzó a datar más familia de fuera a La Sagra. Robaban a 200 metros de su casa y, cuando aparecía la patrulla, ya estaban metidos en su domicilio. Ahí aumentó mucho la criminalidad».

Las áreas de investigación de la Guardián Civil entraron más en los domicilios y los vehículos de reincorporación cilindrada comenzaron a multiplicarse: «Maza en mano, reviento, robo y, como tengo un coche muy potente, me voy». Luego vinieron los extintores y los picos de obra, que «te los tiran cuando los persigues». Antaño, recuerda el agente, el alunicero robaba y se iba. «Si lo pillabas, no había casi nada violencia por su parte. Pero ahora te esperan con un extintor y se te encaran. Creo que esto va con la sociedad, que ahora es más violenta».

Añade que ha bajado ostensiblemente el ‘modus operandi’ «extraprovincial». Esto es, los ladrones de la comarca que se levantaban a las cinco de la mañana para decidir a las seis en Madrid e ir hasta Segovia para dar un palo. O como el irresuelto de Carranque que se iba de ocio a Málaga para robar allí y retornar al pueblo. «Ahora tienden a delinquir en un radiodifusión pequeño», apunta el funcionario.

El portavoz del equipo de Gobierno de Illescas, Francisco Rodríguez, deje asimismo de ese cambio en la tipología del delito «en un demarcación muy complicado». Dice, sin requisa, que él percibe que vive en un municipio «proporcionado seguro», donde hay un cuartel de la Guardián Civil y medio centenar de policías locales, «que están en la primera columna de fuego, con familia extraordinaria y competente, aunque la seguridad ciudadana no es competencia de la Policía tópico». Remarca que «en la calle, en el día a día, no se percibe una sensación de inseguridad». «Hemos tenido tiempos mejores, pero asimismo peores», opina.

«La mierda que arrastra»

Un mediador que conoce pueblos enteros okupados en la comarca de La Sagra puntualiza que «el problema no es la ocupación ilegal en sí, sino toda la mierda que arrastra». Adicionalmente de crecer las «okupaciones que no te quiero ni contar», en el partido legal de Illescas asimismo lo hacen «todos los delitos», especialmente los robos con fuerza y en viviendas.

Siquiera dejan de proliferar las sustancias estupefacientes y las plantaciones interiores de maría, acompañadas de las defraudaciones de fluido eléctrico, que la Guardián Civil y la Policía Doméstico, con la ayuda de policías locales, desmantelan un día sí y otro asimismo. «Somos uno de los centros de Europa. Es una psicosis lo de los cultivos en los últimos cinco abriles», afirma el mediador. Por sus vivencias profesionales, el perfil del delincuente en esta zona «no ha cambiado sustancialmente», aunque señala un repunte del tráfico de cocaína porque «los chinos se han metido en el negocio».

La presión policial en la A-42 (autovía Madrid-Toledo) de la que hablaba el patrullero ha provocado que la delincuencia se haya traslado a otra zona más al oeste de la provincia. «Cuando un malo es muy conocido en una zona, se cambia a otra. Y esto es lo que ha ocurrido con la comarca de Torrijos; allí han ido viejos conocidos de La Sagra». «Antaño era relativamente tranquilo, pero ahora se trafica con mucha droga y hay delincuencia organizada. Asimismo hay asuntos feos como en la zona de Illescas», sentencia otra fuente.


Calle de Azorín en Yuncos, en un registro domiciliario de la Policía Doméstico y de la Guardián Civil


manuel atezado

Un curtido cuidado civil refrenda que la delincuencia se ha incrementado «muchísimo, muchísimo, muchísimo en los dos últimos abriles» en el partido legal de Torrijos, con 43 pueblos; sobre todo, los robos con violencia e intimidación, empleando armas blancas y de fuego, simuladas o no.

«Antaño utilizaban violencia física, pero ahora van con armas de fuego», sentencia otro agente, alarmado por el «cambio radical» en la tipología de los robos desde hace un año y medio aproximadamente. «Antaño siempre eran sin moradores cuando entraban en las casas. Si alguna vez se equivocaban y veían a cierto interiormente, no entraban y salían corriendo», explica. «Pero ahora les da igual que haya o no personas interiormente. Lo peor es que, si les haces frente, te linchan. Suelen ser muy agresivos: te van a silenciar, pegar y te van a exigir que les des lo que tengas».

Por lo militar, son indeseables que se mueven en un radiodifusión de cien kilómetros. «Lo mismo te pegan un palo en Yuncos y a la media hora aparecen en Torrijos. A lo mejor en una oscuridad han donado cuatro golpes porque van de allá para acá, siempre con vehículos sustraídos y potentes. Se acabó el Ibiza raterillo», detalla el cuidado. «Y con el peligro de que nos embistan. No tienen ninguna compasión en quitarse de en medio un coche de la Guardián Civil», advierte.

Aunque hay asimismo españoles, en la comarca de Torrijos proliferan ahora más delincuentes no nacionales, especialmente sudamericanos, magrebíes y albanokosovares, «cuya violencia sigue siendo extrema». Y se dan numerosos ataques con armas blancas, lo que a otro agente le lleva a una conclusión: «No hay aprecio nadie a la vida. Antaño se pegaban dos tíos y al final de la oscuridad acababan tomando copas y haciendo las paces. Pero ahora, no. A la mínima, te sacan una cortaplumas, te la pinchan y adiós muy buenas».

Esto se debe, según el cuidado, a la civilización que se está extendiendo en la zona. «En los países latinos no le dan tanto aprecio a la vida como en las zonas occidentales. Aquí continuamos todavía a puñetazos». Y esto lo observan en edades jóvenes, chavales de entre 18 y 25 abriles a los que se intervienen muchas armas blancas. En su mayoría, son chicos de familias desestructuradas y en las que, en algunos casos, los padres son delincuentes.

Insólito de otros delitos, Torrijos asimismo ha sido azotada hace poco por la oleada de robos de crucifijos en cementerios, que para Vox es una «clara evidencia de la condición urgente» de más guardias civiles, no solo en la provincia, sino en toda la región, con 79.000 kilómetros cuadrados. «Es inaceptable que tengamos más de 500 plazas de guardias civiles sin cubrir», ha reclamado Iván Sánchez, portavoz de Vox en las Cortes de Castilla-La Mancha, mientras la delincuencia «crece con una plantilla de guardias civiles a toda luces insuficiente».

Un carretera para policías

No se deja acontecer la oportunidad de hacer algún chascarrillo. «Los del Especie V de Homicidios de la Policía Doméstico de Madrid van a tener que comprar un carretera, porque están a menudo en la provincia», suelta otro interlocutor. Lo dice por la última vez que esos agentes pisaron demarcación de La Sagra. Fue para resolver el caso del crimen de Borja Villacís, que se sepa.

Pasaron muy cerca de Yeles, el municipio de La Sagra donde la Guardián Civil comenzó a investigar, en octubre de 2002, el homicidio de dos españoles: Jesús Manuel Torres, apelativo ‘Jaro’, y Miguel Encanto Cuenca, ‘Gorín’.

Casi 22 abriles a posteriori, el dominicano Richard Wilson Torres Tineo ha sido condenado a 30 abriles de gayola por ello. Ese doble crimen se recogía en la información de torrevieja news today titulada «Toledo, el ‘vertedero’ de cadáveres de Madrid». En ella se contaba que, en todos los casos, las seis víctimas fueron enterradas o proporcionadamente arrojadas al agua de un riachuelo, como sucedió con Jaro y Gorín. Otro denominador popular en aquellos crímenes era que las muertes se perpetraron en lugares distintos a los que aparecerían a posteriori. Casi un cuarto de siglo a posteriori, parece que algunas circunstancias no han cambiado en el partido legal de Illescas.

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