Veciño a veciño loitan polo “fermosismo” de Puxedo



Ciruela pasa convertir un pueblo de alrededor de tres años de habitantes en un espacio de referencia porque por allí tienen que pasar 2.000 personas cada día. En el punto de partida existen bonitas rutas de senderismo que también se han recuperado. No hay lugar para aprender el ciclo del pan como era en nuestros tiempos. Dónde descubrir los aperos de labranza de esta época… La recuperación que se ha producido en los últimos años ha llevado a los vecinos portugueses a vender unas 16 casas para su rehabilitación integrada en el espectacular paisaje de Xurés – Gêres. Una rehabilitación que hace que muchas personas que enferman se pregunten si todavía pueden comprar una casa…

El reloj marca las 20.00 horas en la puerta de A Lareira do Xurés, un bar-tienda similar a dos tiendas de alimentación tradicionales, comenzó a abrir una y otra vez para recibir a los vecinos del pueblo de Puxedo. Este es el momento en el que se han fijado para hacer su juego habitual y tirar un párrafo sobre la situación actual, recordando el pasado, y también pensando en los proyectos de futuro que quieren llevar a cabo en este pequeño pueblo de Lobios enmarcado en un Paisaje de postal en la Reserva Natural del Parque Xurés y en la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês – Xurés. Milagros, Domingo, Rosa, Aurea, José Manuel, Rosa, Perfecto… son sólo algunos dos nombres, dos vecinos que día tras día conviven en este pequeño paraíso y que vivieron en primer lugar en una sola persona. admirable transformación de sus calles y recursos. Una recuperación digna de ser imitada en todos los rincones de Galicia.

ustedes vecinos

Perfecto Rodríguez de Puxedo toda su vida. Un mural de coa súa imaxe preside la plaza de San Antonio, “ensenada. Eu no sabía nada. Decidimos comer nuestros muíños, bailar, festejar y tomar una copa de licor. Recogieron una foto mía y ahí me ves. Pintado por Mon Devane en medio de la plaza principal, cuenta cómo el humor se mezcla con también un poco de orgullo. Por ser dos protagonistas dos mueren y por ser parte de la reconversión de Puxedo.

Perfecto nacido con el inicio de la Guerra Civil, no. 36, y Su recuerdo de Puxedo tenía menos de 20 años “era como los niños pobres de Galicia”., decadente, con casas abandonadas abandonadas, tejas de uralita, ladrillo visto, calles descuidadas, calles abandonadas… Pero cambió en 2007 cuando se formó la Asociación de Vecinos de Puxedo con su primer objetivo: restaurar el retablo de la ermita de San Antón, patrona de la localidad. Y, como una cosa lleva a la otra, así fue que convirtió un pueblo en un punto de visita obligada de visitantes y turistas del Xurés, así como de dos senderistas que buscan perderse, en sentido figurado, por algunas de las rutas que ofrece.

Como hombre que amasa o pan noutro dos murais que nos encontramos son ese Celsa Paz, también responsable de A Lareira do Xurés. Profundizando en la recuperación, cuenta cómo “los caminos quedaron cubiertos de piedras y barro, incluso en los días más duros teníamos que quitar el barro para poder caminar”. Además de las calles, recuperaron la caja de música, el desfile de ánimas -el mayor de Ourense y dos mayores de Galicia-, las fuentes, los siete muíños situados junto al río, las eiras “totalmente abandonadas y dejadas a sus propios vecinos” quitar silvas, toxos y fentos”… Los renchos de Puxedo que el visitante puede seguir con un conductor de confianza: el ciclo de elaboración del pan. “Tenemos a Puxedo enfocado en este ciclo, por eso en cada aire encontramos un mural explicativo de sementeira, una sega, una malla, una moenda ea fornada. Y además de dos visitas esporádicas, tenemos grupos organizados e incluso escolares que hacen su propio pan”.

Domingo Pérez dice que es “prestado” de Puxedo, porque casualmente es vecino del pueblo, y reside en el pueblo desde hace 56 años. No es el más largo, en A Cela, otro pequeño pueblo del Xurés, imprescindible por sus casas construidas con grandes cantos rodados de granito como muros. Un modelo de adaptación al medio en tiempos en los que no había tantas instalaciones constructivo. Vivía en el extranjero, pero desde su jubilación “no me quieren sacar de aquí”. Y, pese a tener que ir yo solo a Ourense, “no me quedo en la ciudad si no tengo otro remedio”. Domingo es otro de los dos enamorados de Puxedo que saben venderlo todo a su tierra: “el clima, que no hay contaminación, este paisaje natural, los caminos para caminar… a mi propio jardín, que además de entretenerme y llenarme el corazón , le gustan las cosas “Moito más natural y saudables”

Julio Pérez es otros dos vecinos de Puxedo. Nació en la posguerra, no en los 39, años que recuerda muy intensamente y en los que En el pueblo solo quedaron las rapaces y las mulleres, “los hombres no tuvieron que huir a Portugal ni buscar oportunidades en la emigración”. Eran los niños más cercanos, familias numerosas de siete u ocho personas, y cada vez que salías a la calle encontrabas alguien con quien hablar. Y yo también tengo que colaborar. Una afirmación que Perfecto confirma, “la unión de dos personas pobres en el trabajo agrícola fue el mejor ejemplo de cooperación. Sólo fue cuestión de pedir ayuda para calquera e inmediatamente se reunieron los hombres necesarios para llevarla a cabo”. Una unión que aún hoy se puede ver en Puxedo.

Julio se fue con 18 años, hizo el servicio militar, estuvo tres años trabajando en una mina en Cataluña y se fue a Francia y Suiza. Se casó y vivió 14 años en Barcelona, ​​pero a la hora de decidir su futuro con su familia optó por regresar a su tierra natal. Y en Puxedo trabaja desde 1982”,orgulloso de la rehabilitación realizadapero con cierta magia por no haber empezado 30 años antes”.

Rosa Paz es otra de esas vecinas de un pueblo cercano que casualmente estaba en Puxedo. Tiene 20 años y desde entonces han pasado 60 y ella sigue ahí, contando cómo mira con orgullo el todo o la nada. Esas fuentes recuperadas que aparecen en la calquera espazo do pobo, los bonitos bancos totalmente integrados para hacer un descanso, las flores que se riegan cuidadosamente para encher de cor recunchos, un foro comunitario, espacios interpretativos recuperados para mostrar la riqueza de la tierra, o Ecomuseo del pan, o local social, limpio en cada calle,… “pero aún queda mucho por hacer: caminos que reparar, casas que rehabilitar…”. No se necesita energía para luchar por ese futuro.

Fiesta y cultura

Puxedo no es sólo rehabilitación. También es fiesta y cultura. Excusas para conocer y atraer gente. Tanto es así que “en el contorno somos los más festivos y la mayoría de la gente tenemos nelas. Desde San Antonio, Santa Lucía, hasta el ciclo del pan que el 14 de agosto tiene su día grande, el fin de semana hay un concurso de pintura al aire libre –“esto está en un marco en un lugar social con Aurea amasando pan”- o charlas sobre turismo, ecología o medio ambiente. Es lindo ver tanta gente aquí”.

Y No solo ven turistasParece que en los últimos tiempos han comprado alrededor de 16 casas para utilizarlas como segunda residencia. “Son todos vecinos de Portugal, que con mucho gusto y total respeto por el medio ambiente están dando una nueva vida al pueblo”, afirma José Manuel Rodríguez, un vecino que “tropezó” para acabar en Puxedo a los años 44. Es una pena que haya más juventud, pero sí se nota que ha habido cierto cambio de mentalidad y ahora, a raíz de la pandemia, hay más gente que se anima a darse una vuelta por la naturaleza, en espacios donde hay es reina o aire puro y verde.

Áurea Pérez volvió a hacerse cargo de dos de sus países tras montar una tienda de alimentación en Vigo y convertirse en propietaria del Bar París de la calle Lepanto de Ourense, bar que aún conserva su nombre. Empezó a estar en Ourense cuando era joven, pero siempre se le ocurría una excusa para no votar por la ciudad “quitarse de higos, dejar las castañas, dejar las pepitas… o quizá yo estaba muy cómoda aquí y aquí me permaneció.” Cada día para dos vecinos transcurre con la tranquilidad de no tener que estar pendientes del reloj. Al ritmo que marca o cuerpo. “Levántate, vete a casa, pasea con el perro, duerme la siesta, riega las plantas, cuida el jardín… salimos a las 8:00 pm”

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