Rosa Peral, a juicio por ocultación de bienes tras el crimen de la Guardia Urbana


La magistrada del Chancillería de Instrucción 5 de Tarragona ha enviado a seso a la condenada por el crimen de la Guarda Urbana, Rosa Peral, y a su padre. Cuatro primaveras a posteriori de sentarse en el banquillo por el crimen, Peral deberá retornar por presuntamente ocultar fortuna al transferirle la casa y el coche a su progenitor poco ayer de que su condena fuera firme.

La instructora ha rajado un plazo de 10 días para que la Fiscalía presente su escrito de inculpación.

Peral declaró en presencia de la jueza el pasado mes de enero por un supuesto delito de alzamiento de fortuna al ocultar patrimonio para evitar el plazo de la indemnización a la clan de la víctima, el además expolicía Pedro Rodríguez. Durante su enunciación reconoció que cedió el 50% de su casa embargada a su padre ayer de que la condena fuera firme.

La sentencia por el crimen fijó una indemnización de 885.000 euros para la clan de la víctima que debían remunerar conjuntamente con el otro condenado por el crimen, Albert López. De no ingresarse se cubriría con el bloqueo de su vivienda y vehículos.

La expolicía aseguró que lo hizo para poder hacer frente a la hipoteca de la vivienda. Peral, supuestamente en un intento de esquivar dicha indemnización, donó a su padre unos tres meses ayer de su condena su transporte y la centro de su casa. La vivienda estaba a medias con su ex en Vilanova i la Geltrú, en Barcelona.

Peral y su padre fueron imputados por acontecer intentado eludir las consecuencias financieras de la condena.

Crimen de la Guarda Urbana

El muerto de la víctima se encontró carbonizado el 4 de mayo de 2017 en un coche calcinado cerca del pantano de Foix. Su pareja, Rosa Peral, y su aficionado, Albert López, habían sido acusados de matarlo y de esconder su muerto en el maletero de su coche.

No fue hasta marzo de 2020, cuando ocho de los diez miembros del cuerpo popular consideraron a Peral como culpable del crimen, y siete de los diez miembros acusaron a López del crimen con falsía de Pedro Rodríguez

López confesó el crimen. Declaró que cuando Rosa Peral llamó pidiéndole ayuda, acabó accediendo por “adhesión ciega”. Nadie de los dos reconoció nunca el crimen, ni Albert López ni Rosa Peral confesaron en presencia de los tribunales y, de hecho, se culparon mutuamente de acontecer cometido el crimen, aunque la Audiencia de Barcelona acabó por condenarlos a uno y otro por crimen.

El gendarme urbano fue condenado en abril de 2020 a 20 primaveras de gayola y a Rosa Peral con una pena de 25 primaveras. Peral fue condenada con una pena más al aplicarle la perjuicio de parentesco respecto a la víctima.

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