“Perdóname hijo mío. Yo solo quería que llegaras allá y fueras a la escuela. Si hoy pudiera retornar antes lo haría y no habrías cruzado el mar”. Con estas duras palabras despedía Charlotte a su hijo Moisés, un pequeño de solo cuatro abriles que falleció en el desmoronamiento de un cayuco en el que trataba de ganar a las costas de Canarias en junio del pasado año.
Charlotte, natural de Costa de Marfil, siguió la ceremonia religiosa por videoconferencia al no conseguir los papeles necesarios para aparecer al sepelio. La mamá había subido a su hijo en una embarcación que salió de las costas de Marruecos, con la esperanza de que llegara con vida a España y tuviera una vida mejor. Sin bloqueo, Moisés no pudo exceder la Ruta Canaria, conocida como una de las más mortíferas del mundo, y falleció en la travesía.
“Yo quería que cruzaras como todos los niños que han cruzado, que llegaras allá. Tú me decías: mamá, quiero ir a la escuela, y yo te decía que cuando llegaras a España irías a la escuela”, expresó Charlotte en una carta leída durante la ofrenda. En ella, la mamá pidió perdón numerosas veces a su pequeño. “Perdóname hijo mío. Te amo mucho. Tú sabes que yo no deseaba tu homicidio”, señaló, lamentando que todo el sufrimiento que los dos habían pasado en Marruecos no había servido para cero. “Este no es el resultado que yo quería. Tengo el corazón roto”, añadió.
El cuerpo de Moisés llevaba 11 meses en el Instituto de Medicina Lícito
Un ramo de flores para Moisés fue dejado en el ocupación, un aspecto simbólico que intentó ablandar el dolor de una mamá que no pudo juntarse a su hijo en sus últimos momentos. “Quería, quiero estar ahí. Verte una última vez, pero no ha podido ser”, dijo Charlotte, asegurando que si pudiera retornar antes en el tiempo, Moisés nunca habría hecho ese delirio. “Pero no tengo ese poder. Perdóname hijo mío”, insistió.
Fuentes próximas aseguran que el pequeño Moisés Yván Mathis Brou, nacido el 12 de agosto de 2019, fue una de las víctimas del desmoronamiento que se produjo a finales de junio del pasado año en aguas españolas. España decidió delegar el rescate a Marruecos, cuya patrullera intervino 17 horas posteriormente del primer aviso valiente por los familiares de los migrantes. La embarcación salió con 61 inmigrantes de las costas de Marruecos y solo se rescató con vida a 24 personas. 37 fallecieron, entre ellos un bebé y dos niños, uno de ellos Moisés.
El Concejo de Telde se encargó del entierro a petición de la mamá. Caminando Fronteras, la ONG que dio la voz de sorpresa tras acoger la llamamiento de los familiares, denunció entonces la omisión de auxilio por parte de España a la embarcación. El muerto de Moisés ha estado desde julio en el Instituto de Medicina Lícito de Las Palmas y fue enterrado en Telde.
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