Teo Jabaloyes Es voluntario de la organización valenciana. Bombarderos Pel Mon. Nos cuenta que se van tristes porque no han logrado salvar a ninguno de sus vecinos. La tarea de los equipos de rescate de perros ha terminado. Ha llegado la hora de las máquinas.
El trabajo para los que quedan es enorme, al igual que la devastación. El agua arrasó con más de 6.100 edificios en tan sólo seis kilómetros cuadrados.
Algunos vecinos deambulan por las calles, cerca de sus casas destruidas. “No sabemos nada, escuchamos rumores, algunos intentan calmarnos, otros dicen que tenemos que salir de la ciudad.
Wasfi todavía está cerca de su casa. Él todavía está en shock, al igual que la familia Tibiani que hoy se atrevió a regresar a casa: “Mira, este es el poste al que se subió toda la familia”. Gracias a la madera salvaron la vida.
“No sé lo que siento, no puedo expresarlo, vi la muerte con mis propios ojos”, dice la mujer, mientras comprueba los daños que ha sufrido su apartamento. Ella reconoce que está bloqueada. Un bloqueo que comparte con la mayoría de los residentes de Derna. “Estoy tratando de entender la situación actual”, dice un joven sentado en medio de la calle, donde antes estaba su casa.
Mohamed Al Masry, portavoz de la Media Luna Roja Libia, explica que “lo que más necesita esta gente es Apoyo psicologico. Esto es peor que una catástrofe. El gobierno libio debe actuar rápidamente.” Pero no será fácil.
En los próximos meses, la salud mental será uno de los mayores desafíos. La otra es la vacunación que comienza hoy.
La ciudad todavía huele a cadáver, son fumigar para evitar enfermedades y aunque la luz comienza a regresar en algunas zonas, el saneamiento del agua llevará tiempo.