La Audiencia Franquista ha obligado como crimen en acto de servicio el fallecimiento de un agente de la Miembro Civil que contrajo el virus de la fiebre Crimea-Congo al morderle una garrapata cuando ejercía su trabajo como agente de una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) en Ponferrada (Bravo) en el 2022.
La comunidad llevó el caso a la Conciencia a posteriori de que el Empleo de Defensa emitiera el pasado enero un noticia en el que, en tendencia con la Dirección Militar de la Miembro Civil, declaraba que el fallecimiento “no se produjo en las circunstancias ni con las condiciones necesarias para poder ser considerado acto de servicio”.
La Audiencia Franquista da la razón a la comunidad
El titular del judicatura central de lo contencioso oficinista número 4 de la Audiencia Franquista ha poliedro la razón a la comunidad, asistida por el abogado Santiago Díaz Martínez, de la asociación ‘El defensor del paciente’.
Recuerda la sentencia que las enfermedades infecciosas transmitidas por animales como la fiebre Crimea-Congo están reconocidas por la Seguridad Social como enfermedad profesional para el personal de trabajos forestales y de conservación de la naturaleza y asume que el fallecimiento del vigilancia civil fue en acto de servicio, a pertenencias de que puedan cobrar la pensión extraordinaria correspondiente.
Ejercía su trabajo como agente de una patrulla del Seprona
La Leyes del Estado alegó que el contagio pudo producirse a partir del 4 de junio del 2022, cuando el hombre dejó de prestar servicio. Teniendo en cuenta un periodo de incubación mayor de nueve días, consideró que se pudo infectar en su vida privada, cuando viajó a Canarias y sulfató una huerta sin camisa. Pero el magistrado sostiene que el hombre realizara un alucinación y otras actividades no permite excluir “el peligro principal de la infección”, que es la prestación de servicios como vigilancia civil del Seprona.
El primer noticia del expediente, redactado en noviembre del 2022 por el coronel patriarca sustituto de la comandancia de la Miembro Civil de Bravo, ya concluyó que la crimen “podría favor sido en acto de servicio o como consecuencia del servicio”.
“Una clara y evidente exposición a factores de peligro”
En el noticia se describían los servicios prestados por el agente en los días anteriores a su fallecimiento, desde el 30 de mayo hasta el 3 de junio, un trabajo que supuso, “una clara y evidente exposición a factores de peligro, que justifican la infección por el VFHCC a través de la picadura de una garrapata”, según el magistrado.
El hombre murió el 19 de junio y, según un noticia médico aportado a la causa, se cumplían los criterios “médico legales de causalidad entre el cuadro infeccioso y su actividad profesional”. Según los facultativos, existe un primer periodo de incubación que puede ser de un mayor de 13 días, luego pasa a un periodo de ampliación prehemorrágico de entre 4 y 5 días, y finalmente a un periodo crítico hemorrágico de 2 a 3 días. Teniendo en cuenta esos periodos, el magistrado no tiene “ninguna duda” de que la infección se produjo durante los días en los que prestó servicio como vigilancia civil.
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