Los dos aspirantes a hermano viejo de la Tribulación muestran ya sus líneas de acto para superar el voto de sus hermanos en presencia de el cabildo de elecciones del 7 de julio.
Mediante cartas que la cofradía difunde en sus redes sociales entreambos se dan a conocer como candidatos oficiales y desgranan cómo afrontan el proceso y qué esperan aportar si resultan elegidos.
Luis Casillas indica que se presenta «con ilusiones renovadas, consciente de la responsabilidad que conlleva» y envite por ser a partir de julio el «pulmón de fe que aliente la vida de cristiana de nuestra parroquia y Diócesis».
Es consciente de que «nuestra hermandad vive un tiempo enredado». Continúa diciendo que «sí, hermanos, nos hemos hecho daño; es más, hemos dañado muy seriamente nuestro patrimonio humano: las personas. Hemos faltado a a nuestros hermanos en la fe y lo hemos hecho públicamente». Por ello apela al respeto mutuo: «a mirarnos como hermanos, amarnos, pedir perdón y perdonarnos».
Recuerda Luis Casillas que «somos los mismos que tantas y tantas veces hemos celebrado lo más alto que poseemos en acertado convivencia».
Por su parte, David Carbonero, en su escrito, indica que «con profunda humildad y fiel compromiso» su objetivo será «blindar nuestros lazos fraternales fomentando una hermandad unida y solidaria».
Lo hará conservando lo ya heredado, y buscando nuevas formas de atraer la décimo activa de todos los hermanos. Creará un «dominio de respeto, confianza y colaboración, ya que el sustento de una hermandad es el trabajo en equipo».
Sobre su equipo explica que combina la experiencia de algunos miembros con la mocedad de otros. «Unidos podemos construir una hermandad más esforzado, más cercana y viva», expone David Carbonero, en la que la fe se mantenga viva con su transmisión a las generaciones futuras.
La hermandad está dirigida por una grupo gestora desde hace más de un año y la convocatoria de elecciones buscará rematar con esa etapa de transición.