La imprudencia es el principal factor


El verano ya ha arrancado. Suben las temperaturas y con ello, apetece pegarse un baño en las piscinas o en la playa. Pero antaño de hacerlo, es recomendable enterarse a qué riesgos te enfrentas. “Es necesario una conciencia de seguridad acuática, de enterarse cuándo me puedo meter en el agua y cuándo no”, asegura Fernando Sánchez, socio-gerente del Clan Fasst -una estructura dedicada a formar e informar sobre el socorro acuático- y presidente de la Asociación Andaluza de Rescate y Socorrismo. Todo apunta a que en los próximos meses seguirá la tendencia a la aumento que confirman los datos de la Vivo Alianza Española de Socorrismo y Rescate (RFESS). Entre enero y mayo de este año 137 personas perdieron la vida por ahogamiento no intencionado, lo que supuso un 21% más con respecto al mismo periodo de 2023.

Sánchez asegura que los especialistas en primeros auxilios hacen todo lo posible para conseguir descontar las cifras durante los próximos meses. Tratan de concienciar a la sociedad de los riesgos a los que se enfrentan los bañistas para evitar que este sea un verano molesto. “Hay un exceso de atrevimiento y de heroísmo”, aclara.

Error de medios y exceso de “heroísmo”, las principales causas

Cree que la “imprudencia” es la principal causa por la que aumentaron las muertes el pasado año -durante el verano del 2023 hubo 422 muertes por ahogamiento, un 8% más que en 2022-. Miguel Assal, divulgador de Primeros Auxilios, coincide con el presidente de la Asociación Andaluza de Rescate y Socorrismo: “El heroísmo hace que fallezcan muchas personas en el mar pero hay que tener conciencia de hasta donde se puede lograr”.

La Estructura Mundial de la Sanidad asegura que el ahogamiento es la tercera causa de crimen por traumatismo involuntario a nivel mundial. Fernando Sánchez explica que la “mayoría de las personas no conocemos los riesgos cuando nos bañamos y, si lo hacemos, le hacemos caso omiso”. Además cree que la yerro de personal de socorro es un coeficiente cardinal porque en playas kilométricas hay muy pocos socorristas y menos formados que en otros países. “En Estados Unidos o en Australia el socorrista en un profesional mucho cualificado y aquí no se le da la autoridad que debería”, expone. Pone de ejemplo esos países porque allí se imparten asignaturas obligatorias en las escuelas para concienciar a la población de los ahogamientos en el mar o en instalaciones acuáticas, con formación que ayude a evitarlos.

En España, por el contrario, los especialistas denuncian una yerro de personal y de medios porque se negociación de un cargo temporal, que suele tener una duración de 4 meses. “No hay personas para cubrir tanta costa”, denuncia Sánchez. Miguel Assal apunta otra causa que explica ese aumento de muertes por ahogamiento solo en el primer período del 2024. Es lo que se conoce como “ahogamiento silencioso“. “Es el de los niños y ancianos, porque si no hacen pie en el agua luchan de forma silenciosa sin pedir ayuda”, dice.

Cómo auxiliar a cualquiera que se esté ahogando sin tener los conocimientos

En caso de que no tengas conocimientos para ayudar a cualquiera que se esté ahogando en el mar, Fernando Sánchez recomienda frente a todo “surtir la calma”. Señala que este es el primer requisito tanto para pedir ayuda externa o hacer lo que se tenga al magnitud para socorrer a la víctima en una situación tan trágica. “Es necesario enterarse hasta dónde puedo lograr si no tengo claras las maniobras de reanimación”, subraya.

Cuando uno conoce lo que le está pasando a esa persona que se está ahogando, puede transmitir la información concreta a los servicios sanitarios y así estos tendrán más claro cuáles son los auxilios que deberán proporcionar. “Si ellos en esa indicación no lo saben, no pueden poner los medios”, dice.

Miguel Assal se dedica a concienciar a la población a través de redes sociales de los riesgos a los que nos enfrentamos cuando nos bañamos. “Hay que enterarse identificar, cuando el mar está mal, cuándo y dónde me puedo meter“, señala. Denuncia que todavía mucha gentío decide horadar en el mar cuando en la playa ondea una bandera roja.

Encima, dice que la mayoría de las personas no saben “escapar de una corriente” porque debemos “salir por los laterales”. “Tienes que acomodar fuerzas para poder salir por donde están las corrientes de retorno que te llevan a la orilla, pero la gentío todavía no lo conoce”, lamenta.

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