Imanol Pradales ha sido investido como nuevo presidente del País Vasco. A la prórroga de tomar posesión del cargo el próximo sábado en Gernika, con Íñigo Urkullu todavía como lendakari en funciones, el candidato del PNV ha conseguido 39 votos a servicio, sobrepasando la mayoría absoluta necesaria (38) en primera votación. Los 27 de su propio partido y los 12 del PSE, con el que los peneuvistas han firmado un pacto de Gobierno, del que aún se desconoce su composición.
Se resuelve así la formación del Ejecutor regional tras las pasadas elecciones del 21 de abril, en las que los jeltzales, aunque acosados por Bildu, que consiguió empatarles en número de escaños, se hicieron con la trofeo en número de votos. Poco que les daba la licitud para postular a su candidato a la investidura y aparecer a negociar con los socialistas, casi desde primera hora, para reimprimir la coalición de los últimos cuatro primaveras.
La sesión de investidura arrancó con el discurso de la cara visible de Bildu en el parlamentario vasco, Pello Ochandiano, que además se presentó como candidato. El maniquí para designar presidente en el País Vasco es estupendo en el zona gachupin, pues son dos personas las que se presentan y los diputados eligen entre uno y otro nombres. En primera reverso se precisa el voto de 38 de los 75 escaños que componen el Parlamento regional, es sostener, mayoría absoluta.
De no conseguirla se convoca un nuevo pleno en las siguientes 24 horas, poco que no ha sido necesario en esta ocasión, y que evita el incomunicación político. En esa segunda reverso, los diputados autonómicos votan por un candidato u otro, ganando el que cuente con más apoyos, de forma que solamente un igualada evita la investidura.