El verano será «más cálido de lo normal con mucha probabilidad» en Castilla-La Mancha


Ya está aquí el verano y con él la tradicional previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que expone que, «con mucha probabilidad», en Castilla-La Mancha será «más cálido de lo corriente». Lo corriente es la temperatura media registrada en la serie histórica entre 1961 y el año 2020.

En cuanto a las precipitaciones, la previsión es que estas se sitúen en el tercio inferior de la serie climatológica en los meses de junio, julio y agosto. «Cuando recabemos información a final de verano y comparemos con la serie histórica, esa precipitación acumulada en toda la comunidad estará en la parte herido de esos registros», expresó este jueves el delegado de la Aemet en Castilla-La Mancha, Luis María Bañón, en rueda de prensa, acompañado de la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón.

Entreambos igualmente hicieron un sumario climatológico de cómo ha sido la primavera. La temperatura media en Castilla-La Mancha se ha situado en los 13,4 grados, que son 0,9 más de lo corriente y una de las diez más cálidas desde el año 1961. «Lo que ha dominado han sido las temperaturas claramente por encima de lo que es habitual», explicó el delegado de la Aemet, destacando especialmente la provincia de Albacete.

Así pues, el mes de marzo fue muy tormentoso por borrascas como ‘Mónica’ entre los días 9 y 10 y, sobre todo, por ‘Nelson’, del 27 de marzo al 3 de abril, recogiéndose hasta 79 litros por metropolitano cuadrado en 24 horas en San Pablo de los Montes (Toledo). El mes de abril tuvo un carácter muy cálido, el séptimo con las temperaturas más altas desde que hay registros, mientras que en mayo hubo borrascas, aunque fueron más al boreal con vientos más de noroeste.

En el caso de las precipitaciones, han sido normales durante esta primavera en Castilla-La Mancha, lo que no quiere opinar que haya llovido por igual en toda la comunidad autónoma: hubo aguacero por encima de lo corriente en zonas del boreal y oeste de la región. Las frecuentes borrascas hicieron que marzo fuera muy húmedo en todas las provincias, omitido en Albacete, que fue sólo húmedo; abril fue muy seco en todas las provincias, omitido en Guadalajara, donde fue extremadamente seco; y mayo tuvo un carácter muy escaso en precipitaciones, sobre todo en Albacete con la segunda primavera más sequía desde 1961.

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