El texto, en el que no renunció pero sí contempló la idea en un párrafo, fue escrito por el asesor Luis Arroyo. Él, junto con todo el equipo de prensa del RFEFHabría intentado sin éxito disuadir a Rubiales de sus acciones, quien prefirió defenderse de lo que calificó como “asesinato social”.
Extracto del discurso que Rubiales no leyó
“Lamento mucho, de todo corazón, haber empañado esa enorme victoria de nuestro equipo femenino (…) El primer error fue traspasar los límites de la confianza con la jugadora Jenni Hermoso. Ella sabe que no hubo nada malo”. intención, pero es evidente que lo que pretendía ser un gesto de alegría y felicitación se convirtió en un símbolo de dominio de un hombre en posición de poder -yo mismo- sobre una mujer. Soy imperfecto, por supuesto, pero me considero un ciudadano respetuoso y nunca he aceptado gestos de violencia o dominio sobre ninguna mujer. El segundo error fue inicialmente negar la seriedad con la que muchos apreciaban mi gesto, y llamar con algunos insultos a quienes lo criticaban. Después de muchas horas de viaje, precisamente con el jugadores y entrenadores de la Federación, no supe apreciar la sensibilidad social del momento. Ese fue el segundo error, sin paliativos. El tercero consistió en no apreciar lo inadecuado de mi comportamiento al día siguiente, y poner matices y excusas. . Debí haber dicho entonces lo que digo ahora con tres palabras: lo siento. Lo siento (…). Estoy completamente convencido de que no existe ningún hecho punible en mi conducta y lo confirmaré si es necesario. Pero está claro que mi comportamiento fue inapropiado y reitero mis disculpas. “Estoy a disposición del Área de Integridad de la Federación, que ya abrió trámite interno”.