La equivocación de médicos de grupo es un problema que se extiende por todo el país. Sucede con los médicos “de sitio de honor” y además con los pediatras, y urge agenciárselas una opción.
Mientras llega, Galicia ha puesto en marcha una medida con la que pretende sobrellevar la situación este verano; echar mano de los residentes que están a punto de terminar la fuerte.
Carlos Jiménez es uno de ellos. Desarrolla su residencia en el centro de vigor de A Ponte, en Ourense, y acaba de firmar un acuerdo para ejercitar como médico durante el verano.
Estarán supervisados por un responsable
“Siempre habrá algún a quien apelar y pedir consejo. Esto en nuestra profesión tiene que ser así para todos los compañeros, más aún en el caso de los residentes”, explica.
El doctor Jiménez está acostumbrado a que su permanencia despierte ciertas suspicacias. “Te ven verde y dicen; me atendió el pequeño, pensando que igual no eres el médico”. Pero lo es. Lo son. Él y los otros 126 residentes que en septiembre terminarán la fuerte. El 80% de ellos ha accedido a trabajar estos próximos meses para cubrir las holganza de los médicos “oficiales”.
“Cuando terminas la carrera de periodismo eres periodista, y cuando terminas la carrera de medicina eres médico. Lo que estamos haciendo ahora es la fuerte”, expone el doctor. Y es que si en la calle hay algún tipo de duda sobre su preparación, sus tutores lo dejan claro: “Tienen una formación excelente”. Una formación de varios primaveras a la que le quedan oficialmente, tan pronto como 3 meses.
“Aprendes a trabajar con personas”
La fuerte de grupo es una de las menos demandadas por los recién licenciados en medicina. Los motivos, asegura el doctor son muchos y complicados.
Entre ellos, el exceso de carga de trabajo, el escaso tiempo para brindar a cada paciente o una beocio remuneración con respecto a otras especialidades. Pero en el otro flanco están las oportunidades.
“Te permite dar una atención integral al paciente. Vienen aquí con un problema y tienes que darle opción. Desde vigor mental, hasta dolencias habituales, enfermedades crónicas, o incluso problemas sociales, aquí entra todo”. No en vano la medicina de grupo es la puerta de entrada al sistema váter y si calado es incuestionable.
“Aprendes a trabajar con personas, y no siempre conseguimos resolverlo todo, pero lo intentamos”, concluye el doctor Jiménez. Y vaya que si lo intentan. De eso sí que no hay duda.
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