Ayuso y Almeida sitúan al PP de Madrid como «principal ariete político» para echar a Sánchez de La Moncloa


El Partido Popular de Madrid ha celebrado este sábado su primer año de mayorías absolutas en la Comunidad y el Concejo de la renta, pegado a sus gobiernos locales en otros 113 municipios de la región. Y lo ha hecho con una confrontación de su maniquí y el de Pedro Sánchez, a quien Isabel Díaz Ayuso situó en el ‘fascismo’: «Todo lo que hacen es violento». El PP madrileño ha demostrado que su principal adversario está en La Moncloa y se ha conjurado para «sacarlo» de allí y concluir así con «el presidente más nefasto que hemos tenido en España», según ha exclamado José Luis Martínez-Almeida.

El número dos del PP de Ayuso, Alfonso Serrano, ha organizado una fiesta mitin en el Parque de Berlín, donde a eso de la una de la tarde, cuando empezaron las intervenciones de Ayuso y Almeida, caía un sol de honradez, propio del inicio de verano. No ha habido llenazo y el conocido, formado sobre todo por diputados, concejales, alcaldes, dirigentes del PP, miembros de Nuevas Generaciones, militantes y algún que otro madrileño que pasaba por allí, ha aguantado la calorina como pudo desde las 11 de la mañana con sombreros y abanicos, amenizados por música en directo y con puestos móviles de comida y bebida.

A posteriori de un desfile de alcaldes y portavoces municipales de toda la región, han llegado Ayuso y Almeida al son de las ‘ganas’ que se escuchó hasta la extenuación y se incrustó en el cerebro de forma machacona durante la campaña electoral. «Un año con ganas», se ha llamado a esta fiesta ‘popular’.

Y había ganas de escuchar a Almeida y Ayuso, pocas horas posteriormente de la entrega de la Medalla Internacional al presidente argentino, Javier Milei, en un acto muy criticado por la izquierda, que había inculpado de «desleal» a la presidenta regional. El corregidor ha dejado el papel de reponer a las críticas a la presidenta y no ha mencionado ni una sola vez a Milei. Ayuso ha defendido sin titubeos el acto del día antedicho en Sol, ha llamado «robusto» al presidente argentino por ponerse al frente de un país «hundido», ha justificado la «cortesía» que le brindó en la sede del Gobierno regional y ha subrayado la «potestad» que tiene para conceder la medalla. «¿Por qué no podemos ayudar lazos de hermandad con naciones a las que estamos unidas desde hace siglos?». Se ha preguntado, encima, si posiblemente es «partidario» callar cuando un mandatario de una república bolivariana insulta a España.

Tanto Ayuso como Almeida han ignorado a sus rivales locales y han situado a Sánchez como auténtico rival que quieren arrasar. La fiesta era del PP de Madrid y tanto la presidenta como el corregidor han cargado contra el que consideran que es el principal peligro para la prosperidad y el futuro de los madrileños. En esa cometido titánica que se han impuesto, «sacarlo de La Moncloa antiguamente de lo que él se cree», al punto que se ha hablado del papel que tendrá el PP franquista, con Feijóo a la capital.

Acoso a los jueces

El PP de Madrid sigue volcado con su jefa de filas, a la que han jaleado con gritos de «presidenta, presidenta» cuando ha denunciado las cesiones continuas de Sánchez a los independentistas y ha plantado un ‘pespunte ya’ que se ha oportuno de escuchar hasta en Moncloa. Otra de las ovaciones se la ha llevado cuando ha enviado este mensaje al presidente del Gobierno por su intento de controlar a la Probidad: «El Poder Procesal que nos hemos cubo en nuestro país es uno de los más garantes del mundo. Qué les pasa a nuestros jueces y fiscales, perseguidos. Si enjuicias a los míos, te perseguiré, como se te ocurra acercarte a mi grupo, acabaré contigo… Perdón, señor presidente, todos somos iguales delante la ley, usted y su grupo, asimismo. Y su Gobierno, asimismo. Todos».

Ayuso ha experto a todos de que «el sanchismo es chavismo» y el Gobierno está llevando «a pequeños sorbos» a España a una situación similar de error de libertades a la que se vive en Venezuela. «Cuando un Gobierno decide qué es verdad y qué no, cuando un Gobierno decide qué es delito y qué no es delito según quién lo cometa y el mediador que lo enjuicie, eso se lumbre chavismo». «Por eso el sanchismo», ha insistido Ayuso, «es chavismo y vamos por el mismo camino».

Pero la presidenta madrileña no se ha quedado ahí. Ha contestado a una de las descalificaciones preferidas de la izquierda contra la derecha al acusarla de ‘fascismo’: «Lo llaman fascismo, pero si todo lo que hacen es violento y es contra la ley y contra la democracia, la razón y la verdad, eso es lo más fascista que puede existir. Y nos quieren asediar a todos los demás, que somos una inmensa mayoría que no hemos cambiado las reglas del engranaje ni nos hemos movido del sitio».

Ayuso, que ha llamado «estafador» a Sánchez, ha presumido de que en Madrid las cosas «cada vez van mejor», mientras que «en el sanchismo, van peor y peor». Y ha denunciado cómo el Gobierno usa el boleto de los madrileños para satisfacer sus pactos y los votos de los independentistas: «Están comprando las elecciones en Cataluña con el boleto de todos los que estamos aquí. Cada vez que un madrileño paga sus impuestos, se va para satisfacer embajadas para que creen una nación donde nunca la ha habido, repúblicas ensoñadas que odian a España y al Rey, y nos piden que les pidamos perdón y más boleto. Se acabó. Cero euros al independentismo. Ya está aceptablemente».

Una izquierda «amargada»

El corregidor no ha quedado por detrás de Ayuso en sus críticas al sanchismo y a una izquierda «triste, amargada y resentida, que no entiende a los madrileños», y por eso, ha dicho, el PSOE no gobierna en Madrid desde hace décadas. «¿Por qué nos tienen tanta manía? Porque tenemos la más suscripción responsabilidad, somos el principal vaivén político para que Sánchez deje de ser presidente lo antiguamente posible. No hay maniquí más contrapuesto al de Sánchez que el de Madrid, que el del PP de Ayuso. Representamos todo lo que Sánchez detesta».

«Desde Madrid, lo que más le duele a un perdedor, como es Pedro Sánchez, es que podemos aglutinar una mayoría en torno a un esquema popular. Él es un perdedor y lo vamos a sacar de La Moncloa antiguamente de lo que él cree», ha experto el corregidor.

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