El quejas sindicales para el cambio de horario de clase en la Comunidad Valenciana se activaron cuando el PP ganó las elecciones autonómicas, mientras que un año antes el curso anterior arrancó sin protestas ni tensiones aunque ya había una sentencia judicial contra la obligatoriedad de los proyectos formativos y la fusión de asignaturascuando gobernaba el tripartito de PSPV, Compromís y Podemos.
En aquel momento, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) paralizado entonces de precaución una medida que se aplica desde el curso 2020-21 y el Gobierno de Ximo Puig Les entregó la patata caliente a los centros: cada facultad iba a decidir si implementaba las áreas o no.
Para no tener que reorganizar horarios docentes, optaron por dejar las cosas como estaban y reinaba la calma en las aulas. Además, el recurso conocido por la Justicia había sido presentado UGTaunque la mayoría de sindicatos también habían acudido a los tribunales, como STEPV, ANPE y CSIF, contra esta obligación sin haber buscado consenso y consulta con ellos.
Por otro lado, este verano ha cambiado el signo político en la Generalitat Valenciana y cuando se firmó la sentencia del TSJCV estas organizaciones han clamado por esta reorganización del tiempo.
Problemas con puestos docentes y despidos
También han encontrado munición contra el Ejecutivo popular Carlos Mazón con los retrasos en otorgar de plazas para profesores para este curso por problemas técnicos, motivo por el que ya salieron a la calle el pasado jueves.
Sumado a las críticas sindicales Compromisos llamándolo “inoperancia» al ministro de Educación, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, que ha reprochado a la formación nacionalista estos reproches cuando su antecesor en el cargo, Raquel Tamaritdespidió a los tres en julio directores territoriales en Valencia, Alicante y Castellón antes de dejar su puesto, tratándose de piezas clave en todo el proceso de inicio de curso.