Dieciocho pasadores invocan a la Virgen de la Peña para cumplir con el rito del Paso del Fuego de San Pedro Manrique


Dieciocho pasadores invocaron, en la oscuridad más corta del año, a la Inmaculado de la Peña y desafiaron pisando con firmeza la ruedo de brasas del rito celtíbero del Paso del Fuego. La entrada soriana de San Pedro Manrique celebró hoy esta fiesta tradicional, declarada de Interés Turístico Doméstico que acoge, año tras año, a oriundos y visitantes de todos los puntos del planeta.

Tres horas antaño de la media oscuridad los hurgoneros se encargaron de apilar 1.500 kilos de madera cortada un año antaño en los montes de la zona en el centro del circuito de la Inmaculado de la Peña. Tras prenderle fuego y dejando que se consumiera la ruedo quedó compactada a saco del constante vareo que los sampedranos realizaron. Finalmente, consiguieron una ruedo de tres metros de distancia y 15 centímetros de espesor que llegó a alcanzar los 800 grados centígrados, informa Ical.

Los 18 pasadores, dos de ellas mujeres y otros dos jóvenes que se estrenaban en el paso por primera vez, invocaron a la Inmaculado y pidieron su deseo o agradecieron el ya cumplido antaño de desafiar el fuego. Lo hicieron, como manda la tradición, con los pies descalzos y el pantalón arremangado y portando a sus espaldas, en su gran mayoría, a un san pedrano al que le une una singular relación.

Más de 2.400 personas vivieron una de las fiestas con más proyección de la provincia de Soria, que aspira a convertirse de la mano de la Unesco de Patrimonio Inmaterial.

El párroco de la entrada, Toño Riachuelo, que estudió el origen de esta fiesta, significó la importancia de los artesanos para conseguir en el centro del circuito una ruedo de brasas. «Previamente y para conseguir esa ruedo compacta se crea una pila funeraria que simula a la que hacían los celtas. Los pasadores pisan la arena del circuito para enraizarse con la mamá tierra y antaño de ocurrir la ruedo danzan a su aproximadamente», indicó, para citar, a posteriori, al antropólogo Julio Caro Baroja, como gran conocedor del origen de esta fiesta.

Entre uno y otro pasador, los ‘hurgoneros’ varearon la ruedo de brasas incandescentes para que no perdiera su forma y se avistara, desde cualquier punto del anfiteatro.

Los pasos de los sampedranos, al atravesar la hoguera, son firmes, convencidos y cortos, con el objetivo de eliminar el oxígeno y quemarse en último medida. Encima, impregnan sus pies con arena fresca para aminoran el daño del fuego. No obstante, la mayoría de ellos niegan que se quemen los pies, aseveración que incluso entra adentro del rito.

La celebración fue retransmitida por el canal 8 de RTVCyL y contó con la décimo de los principales protagonistas de esta fiesta única en España, que sirve encima para apartar los malos augurios y dar paso a un tiempo nuevo.

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