«La amnistía es una humillación para los catalanes que fuimos oprimidos durante el ‘procés’»


Mañana, a las 19.00 horas, se presenta en Madrid (en Youtopía, calle Garcilaso, 5) el extremo obra del periodista y escritor Sergio Fidalgo, ‘Flipando con el ‘procés” (ediciones Hildy), sucinta obra que recoge una índice de testimonios, entre trágicos y cómicos, de situaciones vividas durante el proceso separatista catalán, especialmente en el momento de maduro alboroto allá por 2017. En el interior de unos abriles (nadie sabe cuántos), a los cambios de opinión del PSOE, desde aquellas convicciones de que el ‘procés’ fue «claramente» una levantamiento, o que no se podía pactar con los que incumplían las leyes, al hay que amnistiarlos por el correctamente de Cataluña, habrá que sumar, para un certero observación de lo que se vivió entonces, la cantidad de anécdotas (sacar plata de los bancos todos a la vez, por ejemplo) y frikadas (impedir la circulación del autobús numero 155 de Barcelona, sin ir más acullá) que protagonizaron los creyentes o, simplemente, agnósticos del movimiento secesionista catalán. Fidalgo (Barcelona, 1968), director de ‘elcatalan.es’, es el mejor retratista de esta época.

¿Por qué el ‘flipando’ del título, cuando lo que hubo fue mucha tensión?

Está claro que el intento de desdicha de Estado separatista ha destrozado la convivencia en Cataluña. Pero lo que se ha vivido durante los últimos doce abriles de Cataluña no ha sido un drama puro y duro, todavía ha tenido detalles entre ridículos y cómicos. Y en el obra muestro, a almohadilla de testimonios y hechos reales, esta mezcla de tragedia y frikismo.

¿Es necesario otro obra sobre el ‘procés’?

Pedro Sánchez, con el apoyo entusiasta del PSC, está vendiendo el simulado relato del «advenir página» y el «refriega entre catalanes» para argumentar una perdón que es una humillación para los que defendemos la justicia constitucional. Por esta razón hay que departir de todo lo que hemos vivido, para que no se imponga el silencio. La perdón es una humillación para los catalanes que fuimos oprimidos durante el ‘procés’.

Salvador Illa, líder del PSC y vencedor de las elecciones del 12 de mayo, dice que el ‘procés’ acabó…

Pura propaganda para atar los votos separatistas en el Congreso. Yo veo que los padres que quieren que sus hijos reciban enseñanza en castellano ven sus derechos vulnerados. Veo que los socialistas despiden a trabajadores en el Comunidad de Barcelona por no tener un título de catalán, entre ellos a cocineros o clarinetistas. Veo que en TV3 se sigue hablando de «exiliados» cuando se refieren a dirigentes separatistas que han cometido delitos.

Adicionalmente de anécdotas, en el obra todavía aparecen personas que se han significado a valenza de la Constitución en Cataluña.

Sí. Por ejemplo, a Antonio Robles describiendo una situación en la Barcelona de los abriles ochenta que es digna de la dictadura castrista. A Ignacia de Pano encontrando ilusión, cuando el desdicha de Estado separatista parecía imparable, en un pequeño detalle. A Miquel Giménez cantando la caña a los separatistas, sin cortarse. A Albert Boadella narrando el acoso que ha sufrido en su casa. O a José María Fuster-Fabra narrando el escrache más excéntrico que ha vivido.

¿Cree que el «ho tornarem a fer» («lo volveremos a hacer») que defienden los independentistas es una amenaza o pura retórica?

Un golpista, si es incentivado para ello, volverá a dar un desdicha de Estado. A los golpistas secesionistas les ha surgido gratuito. Se les ha indultado y amnistiado sin que hayan pedido perdón. No solo se han obtuso a reparar el daño causado, ético y financiero, a millones de catalanes no separatistas, es que ni siquiera han pedido disculpas. Han reses el pulso al Estado, cuando estaban derrotados y todo gracias a la cobardía de Sánchez. Claro que lo volverán a intentar. Ya tienen experiencia y aprenderán de los errores cometidos en octubre de 2017.

¿Entonces, no hay nadie que hacer?

Hay esperanza, y vamos a obtener, pero hay que ponerse ya manos a la obra. El separatismo no controla del todo la sociedad catalana, hay focos de resistor y sus intentos de implantar el monolingüismo en catalán están fracasando. Adicionalmente, en las elecciones del 12 de mayo los diputados de la resistor al separatismo pasaron de 20 (Vox, CS y PP) a 26 (PP y Vox). El fanatismo no se impondrá, porque la sociedad catalana está reaccionando, el problema es que con el aliento y los fortuna que inyecta Pedro Sánchez y el PSC al separatismo la tarea es mucho más difícil.

¿Y qué cree que hace error para obtener esta batalla política?

De entrada, nos conformamos con que el Gobierno de España no alimente a los que quieren arruinar con nuestra Nación, de ahí la indigencia de conseguir que las urnas desalojen del poder a Pedro Sánchez y sus aliados. Luego, necesitamos que el resto de españoles nos presten su aliento ético y su apoyo financiero a los que formamos la resistor, porque tenemos que revertir el esquema de ingeniería social que el nacionalismo lleva impulsando desde 1980.

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