El arzobispo de Burgos emplaza a las monjas cismáticas a abandonar Belorado en los próximos días o iniciará acciones legales


El miltrado de Burgos, Mario Iceta, ha emplazado este lunes a las diez monjas cismáticas a entregarse «en fechas próximas» el monasterio de Belorado. De no hacerlo, se emprenderán acciones legales. «Las diez exreligiosas carecen de título judicial para permanecer en los monasterios y dependencias anejas con lo que deberán abandonarlos», ha insistido Iceta, quien ha extendido esa petición a «los señores Rojas y Ceacero, a quienes ya se comunicó vía burofax el 31 de mayo la prohibición de permanencia en estos inmuebles. De no producirse »los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya punto«.

Iceta ha comparecido este jueves en el Arzobispado burgalesa acompañado por la secretaria de la Confederación de las Hermanas Clarisas de Nuestra señora de Aránzazu, Carmen Ruiz; el vicario jurídico, Donato Miguel Gómez, y el área de Asuntos Jurídicos del Arzobispado, Rodrigo Saiz García.

El prelado burgalés, ha informado de la preocupación existente por las cinco hermanas mayores que se mantienen como comunidad clarisa fiel a la Iglesia. Por ello, de su cuidado se ocupará la propia Confederación, una quehacer para la que ya se han ofrecido tres conventos diferentes de los que saldrían hermanas para su cuidado y para que «la vida monástica católica sea restablecida convenientemente y siga viva en esta comunidad».

El pasado sábado, el miltrado de Burgos, y comisario pontificio para el el caso, Mario Iceta, decretó la excomunión de diez de las 15 monjas de Belorado, tras no presentarse al Tribunal Religioso al que habían sido convocadas y cuyo plazo finalizó el viernes. A posteriori de cerciorarse de que las clarisas cismáticas la recibían antaño por burofax, el arzobispado enviaba una nota de prensa en la que explicaba el «decreto de afirmación de excomunión» y de la «afirmación de dimisión (expulsión) ipso facto de la vida consagrada» que les había enviado.

Las diez exclarisas ya no pertenecen a la Iglesia católica, lo que parece no preocuparles porque es lo que sostienen desde el día en que comenzó la crisis. Adicionalmente, su expulsión de la vida consagrada implica que ya no pertenecen a la comunidad de clarisas de Belorado, por lo que deben entregarse el convento en el que ahora viven, lo que no parece que estén dispuestas a aceptar.

De una forma explícita, el arzobispado dejaba claro en su nota que la comunidad sigue funcionando pese a deber expulsado a las diez cismáticas. «Sigue existiendo comunidad monástica formada por las hermanas que no han incurrido en excomunión, al no deber secundado el cisma: son las cinco hermanas mayores y otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la comunidad al estar incardinadas en ella».

(Información en ampliación)

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