Carmen Martínez Aguayo, la ex consejera que hizo de pararrayos de Griñán en el fraude de los ERE


Carmen Martínez Aguayo (Madrid, 1953) relevó a José Antonio Griñán al frente de la Consejería de Hacienda entre 2009 y 2013. Había sido su mano derecha y viceconsejera durante cinco abriles hasta que el expresidente andaluz accedió a la Presidencia de la Trabazón de Andalucía tras la dimisión de Manuel Chaves y le entregó las riendas de las finanzas andaluzas.

Cuando estalló el fraude de los ERE en el año 2011, esta médica de comunidad de profesión se convirtió incluso en el arcángel de la conserje del exmandatario de la Trabazón de Andalucía. Actuó como pararrayos de su superior a costa de resultar abrasada al afianzar que no había pasado los informes del interventor que alertaban de las irregularidades en el plan de ayudas a empresas ideado por el Gobierno andaluz que supuso una malversación de casi 680 millones de euros.

Martínez Aguayo ha pagado muy caro su mueca de honradez inquebrantable. Ha pasado año y medio encerrada en una prisión por este caso, tras su condena firme por malversación. A principios de junio, consiguió el tercer naturaleza, un régimen de de semilibertad que le ha permitido renunciar la gayola de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) donde cumplía su castigo. Desde entonces acuder al Centro de Inserción Social Jiménez de Asía de la haber andaluza exclusivamente para reposar.

Martínez Aguayo fue la primera de los ex altos cargos socialistas en pisar la gayola para cumplir la condena de seis abriles de prisión por malversación en el caso de los ERE. Entró en el centro penitenciario el 28 de diciembre de 2022, curiosamente el Día de los Inocentes.

Nadie ha arriesgado tanto en esta causa como ella, para proteger a su superior. Con tal de exceptuar a Griñán de las duras críticas a las que le sometieron cuando las llamas de la investigación contencioso cercaban los despachos oficiales del Gobierno andaluz. Ella no dudó en hacerse el harakiri político con una confesión tan desconcertante que en cualquier país del boreal de Europa habría precipitado la presentación de su renuncia inmediata. «Yo recibí los informes y nunca se lo comenté», reconoció Aguayo sobre las contundentes advertencias del interventor, dirigidas a Griñán, contra el sistema de ayudas a prejubilados.

Martínez Aguayo, legal hasta el final con su líder, puso la mano en el fuego por el expresidente andaluz… y ha completo quemándose. Es cierto que en aquellos momentos había un proceso de instrucción, pero aún quedaba un prolongado camino para que aquellas investigaciones pudieran rematar en un motivo y, finalmente, en una condena. Esas declaraciones públicas han pesado como una lápida en su defensa. La absolución del Tribunal Constitucional es la única bala que puede librarla de la prisión de Alcalá de Guadaíra en Sevilla donde cumple su penitencia.

No leía los informes

En aquella rueda de prensa de autoinculpación posó al flanco de un carrito de supermercado cargado de archivadores. «¿Cualquiera piensa que yo me leo todo eso?», dijo a los periodistas. Era un contrariedad de objeto para ganarse a la opinión pública que tenía una incidencia negativa en su defensa permitido. Eso sí, con otros consejeros no tuvo el mismo criterio que con Griñán: señaló que José Antonio Viera y Antonio Fernández tenían responsabilidad política «sin duda», haciendo saltar por los aires el férreo insignia del PSOE en el caso.

Licenciada en Medicina y Cirugía y especializada en Puericultura y Medicina Íntimo y Comunitaria, antaño de entrar en la Consejería de Hacienda había sido directora regente de la Fundación Progreso y Vigor y ocupó diversos cargos de responsabilidad en el Servicio Andaluz de Vigor como directora regente (1996-2000), directora militar del Insalud (1994-1996) y subdirectora militar de Atención Especializada de este entraña. Tras su paso por la política volvió a su actividad profesional como médico de atención primaria. Pese a tener menos implicación que otros condenados, Aguayo no ha recibido la misma solidaridad que otros cargos del partido, especialmente el expresidente Griñán.

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