Unas 9.000 personas se congregaron el sábado en Trillo para disfrutar de las Vacas por el Tajo, en una estampación con más afluencia de sabido que el año mencionado y en la que no hubo que implorar heridos por cuerno de toro ni incidentes graves, sólo los habituales pequeños rasguños y golpes y un solo traslado en ambulancia por una dislocación que se produjo interiormente del río.
Así, el festejo taurino concluyó cerca de las 21:00 horas, a posteriori de tres horas de carreras, saltos y chapuzones de las seis vacas de Ustarroz y Hermanos Nuevo que hicieron divertirse al sabido asistente, que ocupaba la totalidad de los muros de piedra que dan empleo a este ruedo fluvial único, sin que casi nada hubiera un hueco rescatado. Adjunto a ellos, y desde una perspectiva más cercana a las vacas y fresca, cientos de personas siguieron el evento desde colchonetas, flotadores y barcas hinchables, interiormente del propio río, que este año bajaba más caudaloso y frío que en ediciones anteriores, lo que no supuso sin requisa obstáculo alguno para que los asistentes decidieran sumergirse.
De este modo, el movimiento de la excursión para la ordenamiento no ha podido ser más satisfactorio, como ha agradecido el concejal de Festejos, Sergio Recuero. «Las vacas han entregado congruo equipo y se han movido por todo el trayecto del coso fluvial, todo el mundo ha podido disfrutar de ellas», manifestó.
En este punto, Recuero destacó el papel de las vacas de Hermanos Nuevo, «que han transmitido una emoción inmensa, sobre todo una de ellas, que tenía una cara espectacular, una ternera veleta que ha protagonizado unas arrancadas en las corrientes del río que han sido impresionantes».