A juicio por quebrar la orden de no aproximarse al centro de Ourense



El Penal 1 juzgó ayer a un hombre por quebrantar una orden de alejamiento respecto a un circunstancia: concretamente, tiene prohibido tras una sentencia acercarse a 200 metros del casco histórico de Ourense.  Esta orden la quebró presuntamente en julio de 2022, cuando fue manido en la plaza de Los Suaves. 

El procesado no se presentó al seso, pero su abogado solicitó que en el caso de que haya una sentencia condenatoria se tenga en cuenta el atenuante de que su cliente es consumidor de sustancias estupefacientes. El Ocupación Fiscal solicitó para el procesado una multa de 18 meses a razón de 12 euros diarios, casi 6.500 euros en total. El seso quedó manido para sentencia. 

Robos

Seguidamente, en la sala se juzgó un delito de hurto por la apropiación de varias prendas en una tienda de ropa ubicada en el centro comercial Ponte Vella. La acusada admitió activo sustraído el 5 de diciembre de 2022 seis prendas quitando la intranquilidad que llevaban. De la misma guisa, procedió a retirar la intranquilidad a otras 12 prendas de ropa, moviéndolas de circunstancia y depositándolas en un mueble del establecimiento sin conmover a hacerse con ellas. Por estos hechos fue condenada a tres meses de multa a razón de cinco euros diarios.

El extremo seso del día en el Penal trató sobre un robo. En concreto, el procesado, que no se presentó al seso, se le culpaba por entrar el 10 de septiembre en una floristería de la ciudad. Según relató la víctima, le fueron sustraídos varias macetas de mimbre, radiotransmisores vintage, varios esmalte de uñas de Chanel, unas anteojos graduadas, otras anteojos de sol marca Rayban, un perico y 40 euros.

Petición de pena

Por estos hechos, la Fiscalía pide una pena de prisión de un año y seis meses. Por su parte, la letrada de la defensa explicó que su cliente admitió en sus declaraciones previas activo entrado en la floristería, pero que solo se llevó siete euros. 

En esta tangente, subrayó cómo fue posible que el procesado subiese por el respiradero del guardarropa, emplazado a aproximadamente dos metros de consideración, y escapar con todos esos objetos. Encima, incidió en que él lo que quería era plata para droga, por lo que no le ve sentido que robase objetos como esmaltes o unas anteojos graduadas. Por ello, pide la vaco absolución.

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