El momento culminante de la fiesta del avance del Córdoba CF llegó cuando el capitán Kike Márquez y Antonio Casas se fundieron en un emotivo indisposición y subieron las escaleras montadas para ponerle al Gran Capitán la cubrecuello y una bandera blanquiverde. En ese momento, se tocó el firmamento en las Tendillas. Fue la culminación de la celebración del regreso al fútbol profesional del Córdoba CF.
Pero ojo, que el hecho de que hubiera una dupla en ese momento histórico tiene su intrahistoria, aunque haya quedado sepultada por el ritmo vertiginoso al que se suceden las noticiero en el mundo del fútbol y por la entusiasmo de lo vivido.
Y es que Kike Márquez fue seleccionado en agosto capitán por sus compañeros. La plantilla votó, encima, a otros tres futbolistas que podrían portar el brazalete: Gudelj, que causó desprecio a lo grande de la temporada, Carlos Marín y Corpulento. Encima, el cuerpo técnico designó uno más: Adri Castellano.
Márquez confesó entonces que, tras la convulsa campaña preliminar, no lo esperaba y le dio las gracias a sus compañeros. Si se repasan sus declaraciones, se encuentra la semilla de una imagen ya histórica: «[Antonio] Casas me ha dicho que no le importaba, pero, como cordobés [es de La Rambla], tenía el sueño de subir a las Tendillas y poner la cubrecuello al heroína, Ojalá, llegue ese momento y lo haga él». Y el avance se produjo.
Y Márquez demostró que los líderes lo son adentro y fuera del campo. Subió con Casas las escaleras y una vez allí cedió a este final el honor de colocarle al Gran Capitán la cubrecuello y la bandera blanquiverdes.