Almonte (Huelva) acoge este miércoles uno de sus días grandes, la Talego de las Yeguas, que llevará hasta la ciudad más de 1.500 cabezas de yeguada, realizando previamente su tradicional paso por la lugar de El Rocío. Se prostitución de una de las tradiciones más emblemáticas del municipio, que comenzó a regularizarse por medio de una decreto del Duque de Medina Sidonia en 1504, aunque existen numerosas referencias que datan a este acontecimiento ranchero desde mucho antaño.
Según ha indicado el Concejo almonteño en una nota, es especialmente «multitudinario» el paso de los equinos por el Santuario de la Inmaculado del Rocío, donde se realizará un acto de dicha y rezo de la Salve al paso de la última tropa. La primera tropa, procedente de Rocina Sur y Rocina Septentrión, realizará su paso sobre las 10:00 horas, aproximadamente, y se prevé que la última, venida desde Marismillas, Las Nuevas y Marisma de Hinojos, pase sobre las 11:30 horas.
El Concejo de Almonte ha emitido un banco para asegurar la seguridad y el buen exposición de esta trayecto. La Policía Locorregional acondicionará las calles de la lugar para suministrar el paso de las yeguas y el estacionamiento y circulación de vehículos estará restringido temporalmente por estas zonas de paso.
Similares medidas se tomarán igualmente en la zona de sesteo, ubicada en el camino de los Llanos, detrás del Pastorcito. Las yeguas llegarán a este punto a las 13:00 horas, aproximadamente, y saldrán para Almonte entorno a las 19:00 horas. Durante este tiempo, estará prohibida la circulación por el camino ya que se dificultaría el tránsito y manejo de los equinos.
A las 19:30 horas está prevista la entrada de la primera tropa de yeguas en Almonte. Más de 1.500 cabezas de yeguada, organizadas en diez tropas, que entrarán por el camino de Los Llanos, La Marmoleja, Feria, Altozano, Héroes de Baler, Manuel de Defecto, Cristo, El Pocito y Camino de Villalba, hasta demorar al Circuito Granjero Huerta de la Cañada.
Este año, encima, coincide este día con la víspera de la Feria de San Pedro, patrón de Almonte, que se celebrará hasta el 1 de julio en el parque de El Chaparral. A las 23:00 horas, momentos luego del paso de las tropas por la zona de la calle Feria, tendrá área el alumbrado del Vivo de la Feria.
Del 27 al 30 de junio se realizarán las faenas tradicionales en el perímetro ranchero que estará extenso al divulgado en universal desde las 08:00 horas a las 21:00 horas. Allí se realizarán las labores de marcaje e identificación del yeguada, la tusa -corte de crines, nalgas y desparasitado de los animales-, mercado de compra-venta de yeguada y concurso morfológico de la raza equina marismeña.
El 1 de julio se producirá la salida del yeguada, conducido nuevamente por los yegüerizos, hasta sus zonas de origen en Doñana. La bordadura de la Asociación Franquista de Criadores de Yeguada Marismeño y sus asociados es fundamental para la conservación de estos ejemplares de la raza autóctona marismeña.
Un rito atávico
El día 26 de junio, el municipio de Almonte cumple con una de sus tradiciones más longevas, la atávico Talego de las Yeguas. Por la festividad de San Juan, los yegüerizos se adentrarán para agrupar al yeguada por las marismas en el Espacio Natural de Doñana, en enclaves tan emblemáticos como Marismillas, Matasgordas o Las Mogeas. Una vez reunidas en las playas del Rocío, en el mismo 26, las tropas son trasladadas, desfilando por la mañana frente al Santuario de la Inmaculado del Rocío, siendo bendecidas por el mismo capellán de la ermita, tanto al yeguada como a los yegüerizos.
Desde allí, emprenden el camino en torno a Almonte, haciendo sesteo a pocos kilómetros de la ciudad para hacer la entrada en sus calles al atardecer. Serán guiadas luego en torno a el perímetro ranchero, donde permanecerán varios días, realizándose varias faenas como el herrado y marcaje a los potros y la tuza (corte de crines), para su posterior liquidación. Todo ello coincide con la celebración de la feria locorregional, dedicada a San Pedro, que, en su origen, estuvo motivada por la liquidación de yeguada allá por el año 1873.
Se prostitución de una tradición centenaria que fue regulada en 1504 por una decreto del Duque de Medina Sidonia. Ya existía la presencia de esta ascendencia marismeña desde las invasiones de los distintos pueblos y culturas que se asentaron en torno al Lagunajo Ligustinus, como los tartessos o los romanos. Durante el imperio romano, los caballos hispanos eran requeridos para las carreras de carros circenses, provenientes de las provincias de la Bética y Lusitania.
No será hasta el siglo X, bajo el dominio musulmán, cuando los cronistas, historiadores y viajeros del Al-Andalus nos hablen de la cría hípico en la Al-Mada’in (marismas), en la desembocadura del Guadalquivir. Se hacían las cubriciones de las yeguas y el cruce de la raza española y africana por disposición del Almanzor.
Un texto del historiador y escritor árabe, Isa Ibn Ahmad Al Ra-zi, nos arroja la primera relato sobre el concepto de «costal», donde nos indica que las yeguas y potros de las Marismas del Guadalquivir llegaban cada año a finales de junio al palacio de Medina Azahara (Córdoba), causando respeto entre los caudillos árabes.
El conveniencia del yeguada marismeño con fines agrícolas y militares se fue sucediendo a lo holgado de la historia, bajo la ardua tarea de la figura del yegüerizo. Desde el punto de tino ecológico, la raza equina marismeña, por su feralidad, supone un componente importante del firmeza ecológico de una de las áreas protegidas más importante de Europa.