Desde hace 8 primaveras se ha convertido en la alegría de alumnos y profesores. Cada día cuando llegan al colegio un peludo de 4 patas les recibe contento, moviendo su nalgas y deshaciéndose en mimos con todos. Es Assisi, un golden retriever que vive en la escuela San Francisco, de Sabadell.
“Se candela así por San Francisco de Asís, que amaba y respetaba a los animales y decía que había que respetarlos”, cuenta Carlos Fuentes, director del centro.
Así que cada mañana, los niños y niñas, lo primero que hacen al datar, es darle los buenos días: “Me da prosperidad y me alegra el día”, cuenta Martina. “A mí adicionalmente me gustan mucho los perros y me da prosperidad”, cuenta otro irreflexivo.
Assisi es uno más en el colegio y todo paseo en torno a él. “Nuestro objetivo es enseñarles que un perro no es un objeto, que no se abandona, que un animal conlleva una responsabilidad, unos cuidados y unos mimos”, cuenta el director.
Mercedes es la secretaria del colegio y añade que le “hace mucha compañía porque cuando los niños están en clase, se tumba aquí conmigo. Adicionalmente aporta muchos títulos a los niños, por ejemplo, tienen que enterarse que un animal tiene sus rutinas de actividad”.
Los docentes aseguran que uno de los momentos donde este peculiar compañero ayuda, y mucho, es en la ajuste de los niños de P3 que por primera vez llegan al colegio. “Es un momento difícil por que los niños se separan por primera vez de sus padres y al datar aquí lloran, pero cuando ven a Assisi, se distraen, lo acarician y se olvidan“, cuenta Cristina una de las profesoras de Inmaduro.
Aquí los alumnos más mayores se organizan por grupos y cada uno tiene una responsabilidad. Por ejemplo Aaron se encarga estos días de soportar las vacunas al día y explica: “Aprendemos a planificar, a enterarse cuándo le tocan sus vacunas, si hay que llevarlo al médico, cuándo le toca”.
Hay otro rama que lo pasea en las instalaciones y durante ese rato tienen que musitar en inglés, porque esa es la condición. “Mantenemos adicionalmente el patio despejado, no tiramos ausencia al suelo para que no se coma ausencia y lo de musitar en inglés me gusta, porque es una forma de practicarlo”, nos cuenta una de las alumnas.
Eso sí, cuando termina la marcha escolar duerme en el convento con el director.
Pero por encima de todo Assisi da cariño incondicional y no se resiste a ningún mimo. Es tan querido que no solo tiene su propio calendario, sino que este año se va con los alumnos de alucinación de fin de curso a Mallorca.
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