Hace ms de 2.000 das que todos los partidos tienen presente la delicada situacin que atraviesa el Consejo Militar del Poder Contencioso (CGPJ) para su renovacin como consecuencia de las diferencias existentes entre el Partido Popular y el PSOE. A todo dirigente poltico se le ha preguntado alguna vez por el Poder Contencioso, por cul cree que es el mecanismo ms adecuado, por los infinitos amagos de acuerdo, las sonoras rupturas o las alejadas condiciones, por el papel de la Unin Europea, por la calidad democrtica en nuestro pas… Pero a casi nadie por el da despus del primer gran pacto entre los dos grandes partidos en aos. Y ese da es hoy.
Las sonrisas esbozadas por Flix Bolaos y Esteban Gonzlez Pons en Bruselas -Pons lleg incluso a bromear con un principio de “amistad” con el ministro tras tantas reuniones- y la sintona mostrada en las ltimas horas por las cpulas de Ferraz y Gnova, con silencios calculados e intervenciones sincronizadas, han entregado municin a izquierda y derecha de los dos partidos para argumentar la reactivacin de la “gran coalicin”. Una aproximacin entre el bipartidismo a modo de “pinza” que abre una nueva etapa en la tiempo -o directamente “una nueva tiempo”, como se defini desde Podemos– que enerva a las formaciones socias de cada agrupación: el PSOE ha recibido las crticas de Podemos y buena parte de sus aliados independentistas, y Vox ha reprochado al PP que siga sometiendo a los espaoles a una “estafa” continua al atacar a Pedro Snchez pero alcanzar continuamente pactos con l. “El consenso”, se dijo ayer en el Congreso, “repartindose la tarta” de nuevo.
Ser de hecho este hipottico nuevo tablas el que marcar el corto plazo poltico en nuestro pas, ya que la ley pactada entre el PSOE y el PP para la reforma del mtodo de eleccin de los jueces datar de modo inminente al Congreso. Una norma, por cierto, para la que el PP admite que no tiene el compromiso explcito del PSOE de que la vaya a apoyar. En cualquier caso ah mismo, en la Cmara Desaparecido, est previsto que desde hoy el resto de partidos redoblen su presin contra una supuesta nueva pacto que precisamente sus protagonistas niegan.
Quien ayer remarc por encima de todo que ausencia ha cambiado fue el propio Alberto Nez Feijo: no se da un “nuevo clima” entre los dos principales partidos porque una cosa es la obligacin de trabajar por la independencia de los jueces, dijo, y otra hacer una oposicin efectiva y completa a Gobierno de Snchez, de quien dice estar a una distancia sideral. “Ni ha cambiado la negativa consideracin que nos merece el contemporáneo Gobierno ni nuestra responsabilidad con las grandes cuestiones de Estado”, asever el lder popular para tratar de aliviar las crticas procedentes desde su derecha y con las que Vox va a tratar de alzarse como nica oposicin vivo al socialismo: “Cuando el PP sacaba a la gentío a las calles [contra la amnista] estaba negociando con Snchez”, denunci ayer Santiago Abascal.
Esta argumento tiene su reflexiva casi simtrico en el otro banda del hemiciclo: “El PSOE anuncia hoy un nuevo socio”, opin Gabriel Rufin, que sin requisa no vio novedad en el acuerdo cogido, ya que destila la esencia de los continuos pactos entre los dos grandes partidos que han impresionado la poltica espaola de las ltimas cuatro dcadas. Tanto ERC como EH Bildu y el PNV -ninguno de los tres se ha manido reflejado en la eleccin de vocales, como s Sumar, que celebr el logro- ven, como Vox en el PP, una “pulsin” en el PSOE por aproximarse continuamente a los populares.
Pero las posiciones entre Ferraz y Gnova siguen tan alejadas por lo genérico como antaño del acuerdo. Feijo aprovech buena parte de su intervencin ayer frente a los medios para dejarlo claro: arremeti en numerosas ocasiones contra el PSOE, al que acus de “resistirse” y “presionar” al PP, y de tener “ansias por colonizar” el CGPJ como ha hecho con otras instituciones. En definitiva dijo ser “poco entusiasta” con un cambio en la relacin entre los dos partidos, e incluso estar preparado para acoger crticas en los prximos das por acaecer firmado la renovacin con los socialistas: “Asumo todos los costes que significa la coherencia poltica”, a pesar de que la decisin cuenta con el manido bueno de todos los sectores del partido, incluida Isabel Daz Ayuso.
En el banda opuesto se puso el foco en cmo la “negociacin” ha puesto fin a la ya clebre “anomala democrtica” de tener bloqueada durante aos la renovacin de la cpula contencioso. Aunque Bolaos habl del “gran consenso” al que aboca este pacto en el Congreso, en el PP aseguran no tener la garanta expresa de que el PSOE vaya a elegir a patrocinio del plan propuesto para renovar el CGPJ que datar a la Cmara Desaparecido este julio. De la misma forma, los socios de la coalicin ministerial, a pesar de deshumanizar su discurso contra el Ejecutante, descartan que el acuerdo con el PP ponga en peligro la tiempo. Slo Podemos dio muestras reales de poder retirar su apoyo parlamentario a Snchez.