«En el mundo en el que vivimos – explica un policía que trabaja en estos temas – las redes sociales tienen cosas buenas y muchas cosas malas. Tan claro. Y uno de ellos es el uso que de ellos hacen las mafias de prostitución. Se mueven en un terreno que no es cien por cien inexpugnable, pero donde nos dice mucha investigación.”
Los sistemas de reclutamiento de jóvenes vulnerables por parte de estas redes criminales son, en ocasiones, tan básicos que pareciera que “quien quiere ser engañado, es engañado”; Sin embargo, lo que tienen previamente es un perfil de mujeres extremadamente necesitadas; como los que residen en Venezuela y Colombia, países en los que prácticamente sobreviven en algunos estratos sociales.
«Entran en las redes sociales, sobre todo en Instagram, y a chicas de este tipo les ofrecen trabajos domésticos en España, como cuidado de ancianos, niños e incluso animales. Y también la clásica mentira de que van a trabajar en el sector de la hostelería”, añade el experto policial.
También hay mujeres que saben a qué vienen, aprovechando el periodo de 90 días que están en nuestro país como turistas, y directamente van a las discotecas a venderse y luego, cuando pasa ese tiempo, regresan a sus países.
«El gran problema es que el ámbito de actuación de la Policía se limita al sistema español, que es muy estricto. Por ejemplo, no podemos practicar el delito provocado, como hacerse pasar por clientes, para investigar los alrededor de mil pisos de prostíbulos de Madrid. Ese es el gran agujero negro. Podemos trabajar más en los clubs de alterne que en esos domicilios, porque, aunque sea falso, tienen el derecho constitucional de inviolabilidad del domicilio”, añaden los informantes.
En definitiva, no se sabe a ciencia cierta qué está pasando en esos lugares, tras sus puertas, donde las mafias han trasladado su desenfrenado negocio tras sacarlo de la calle.
De ahí que en Instagram, TikTok o Twitter haya cada vez “más publicidad engañosa”, con ofertas de trabajo como: “Se buscan chicas de 20 a 25 años para cuidar a personas mayores en España”. «Y una vez que están aquí, ya están atrapados, por amenazas y deudas que nunca dejarán de pagar. Y el 80% de lo que ganan va a parar a la mafia.