Un experto analiza el nuevo precio del aceite de oliva, sin IVA: ¿Cuánto ahorrarán las familias?


La supresión del IVA en el grasa de oliva entre el 1 de julio y el 30 de septiembre supondrá un peculio total de 2,75 euros por tribu. El impuesto pasará del 5 al 0% para acortar el precio medio de cada litro de 10 a 9,5 euros. Según datos del INE, cada hogar consume 1,8 litros al mes (hasta un total anual de poco más de 22 litros). Este nivel medio permite establecer que el peculio en cada domicilio por la medida fiscal ni siquiera llegará al euro mensual: en concreto será de 90 céntimos.

Caída de precios

A este coste se podría sumar la previsible caída tímida de los precios prevista para este verano. “Venimos de una tensión máxima de precios, que empezarán a ceder a rebufo de las cosechas de este año”, explica el economista Javier Santacruz.

“Sin incautación, no volveremos a abonar lo mismo que antaño de 2022”, dice el perito. Y es que ninguna signo del mercado prevé anticipar que el grasa de oliva ceda por debajo de los cinco euros, precio que estaba acostumbrado a abonar el rollizo de los españoles.

Aumento de la producción

La campaña de este año supondrá un incremento de las toneladas producidas de 666.000 de la temporada preparatorio a las 851.000 calculadas para este año, de acuerdo con el Tarea de Agricultura. Sin incautación, este estirón será insuficiente para atender la demanda habitual de los españoles. Según cálculos propios, se precisaría una producción que flirteara con los 1,8 millones de toneladas al año para que el precio de la variedad más económica del grasa de oliva volviera a marcar menos de cinco euros en la caja de los supermercados.

El récord en la vida producido en España ronda los 1,6 millones de toneladas”, explica Santacruz. Las cifras de producción no sólo no alcanzan los niveles necesarios para depreciar los precios hasta niveles de hace dos abriles, sino que, por otra parte, otros países productores que históricamente han apoyado la propuesta en España no se han recuperado de sus sequías ni problemas estructurales. Ni Italia, ni Grecia, ni Turquía, proveedores habituales de las marcas españolas, están en condiciones de complementar la propuesta.

Esperanzas y objetivos

Túnez, el mirlo blanco sobre el que muchos depositaban sus esperanzas para ayudar a descabalgar los precios del grasa de oliva en los supermercados españoles, no acaba de proceder. Otras fuentes indican que los productores y lonjas españolas deberían coordinarse mejor y trabajar como un real mercado integrado para ejecutar mejor la producción y las expectativas de precios. Actualmente, cada productor prácticamente va a la suya, cargando de ineficiencias –con sus respectivos costes— el mercado del grasa de oliva.

Primera carencia

El periodista Toni Bolaños señalaba el miércoles en Espejo Manifiesto que lo importante de la supresión del IVA durante tres meses para este alimento no es tanto el peculio formal, “sino que se considere a partir de ahora un producto de primera carencia”. Ello supone que el trato fiscal que se dará al grasa de oliva será el mismo que el de la nata o cereales una vez se vuelva a gravitar a partir del 1 de octubre.

El chalet de Ábalos.

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