La capacidad de financiación de la riqueza española como porcentaje del PIB alcanzó en el año 2023 su mayor histórico desde 1995, conveniente a la mejoría del saldo comercial y a la desarrollo positiva de los servicios, con el turismo y otros servicios batiendo récords de ingresos.
Así se desprende del noticia “La Báscula de Pagos y la Posición de Inversión Internacional de España en 2023”, publicado ayer por el Faja de España. De acuerdo con el estudio, la riqueza española registró en 2023 una capacidad de financiación del 3,7% del PIB, muy por encima de la registrada en 2022 (1,5%), y alcanzó su nivel mayor histórico en las series publicadas -desde datos referidos a 1995 en relación con el PIB-.
La principal contribución a dicha mejoría, según el Faja de España, fue la reducción del cargo comercial y, en concreto, la corrección del cargo energético, tras un 2022 en el que la pelea de Ucrania condujo a un encarecimiento significativo de las importaciones energéticas. Los servicios tuvieron una cuota muy positiva, y se batió el récord de ingresos por turismo y todavía los ingresos de los servicios no turísticos alcanzaron máximos.
Por el contrario, la romana de renta primaria empeoró su saldo, por el viejo crecimiento de los pagos que de los ingresos de las rentas de la inversión, sobre todo de las instituciones financieras monetarias, asociados a las subidas de los tipos de interés.
Gracias al mantenimiento de una capacidad de financiación cada vez más elevada, la Posición de Inversión Internacional deudora neta de España continuó corrigiéndose, reduciendo su ratio sobre el PIB hasta el 52,8% en 2023, el nivel más bajo desde 2004. Por su parte, la deuda externa bruta aumentó en términos nominales, si admisiblemente se redujo en términos de su ratio sobre el PIB hasta el 165,5% (desde el 172,8% de 2022), gracias al crecimiento del producto.