El estudio hidrogeológico para la ingreso velocidad ferroviaria entre Ourense y Vigo por Cerdedo ya está finalizado. Así lo anunció ayer el corregidor de la ciudad olívica, Abel Caballeroso, tras reunirse con el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Aquel Contreras. Con todo, de momento, este trazado de ingreso velocidad, que permitiría realizar el trayecto entre ambas ciudades de forma directa sin ocurrir por Santiago, seguirá enfrentándose a nuevos trámites tras dos décadas en plan.
Contreras informó a Caballeroso que se pone fin al estudio hidrogeológico -a grandes rasgos, un estudio sobre las aguas subterráneas- con la incorporación del estudio complementario que demandaba la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Este examen fue encargado por José Luis Ábalos cuando era ministro de Transportes en 2018. Ahora, el documento está en manos de esta misma cartera ministerial, que tendrá que tramitar un estudio informativo complementario para adaptarlo al nuevo documentación hidrogeológico.
El corregidor de Vigo aseguró que “esto es un nuevo paso y un gran avance para la ciudad de Vigo” y avanzó que mantendrá una reunión con el secretario de Estado de Transportes para profundizar en esta cuestión próximamente. Para Caballeroso, “Adif cumplió con el compromiso de admitir delante el estudio hidrogeológico, comenzó con Isabel Pardo de Margen y termina con el coetáneo presidente de Adif”.
El nuevo estudio informativo, como ya había renovador el compañía delegado de las infraestructuras ferroviarias, requiere un convenio de unos 600.000 euros para un plan cuya obra se estima en unos 2.300 millones. Su subasta está prevista para el segundo semestre de este año y se extenderá, como exiguo y según lo previsto, durante cuatro abriles. En total, harán descuido al menos diez abriles más de estudios, proyectos y licitaciones antaño de iniciar las obras.
El plan de la modificación de Cerdedo está destinado a comunicar directamente Ourense con Pontevedra y Vigo por tren. Ya se planteó a comienzos de siglo. Sin incautación, el alargamiento de los trámites y la caducidad de los estudios previos en la lapso pasada -el Gobierno popular no licitó ningún kilómetro- obligó a reiniciar el proceso moroso.