Ram Sumer, un hombre de 60 abriles, denunció la desaparición de su mujer de 40 abriles, Phoolmati. Al parecer la última vez que se la vio con vida fue al salir de casa de su padre. Al término de cuatro días, las autoridades hindúes encontraron el fiambre de una mujer en la zona de Uruva Bazaar. Teniendo en cuenta la fresco denuncia de desaparición de Phoolmati, los agentes pensaron que podría coincidir con el suyo.
Su marido identificó a la fallecida como su esposa y puso en marcha la incineración del cuerpo. Sin retención, al poco tiempo, el caso dio un trastorno inesperado. Resulta que la necroscopía había revelado que no se trataba de una homicidio natural, sino que había signos de estrangulamiento.
Desde ese mismo instante, las autoridades pusieron en marcha la investigación del caso. El primer paso fue tratar de rastrear el teléfono de Phoolmati para constatar el trayecto que había hecho en los días previos. Las señales de rastreo ubicaban el teléfono en Jhansi, una ciudad que se encontraba a 600 kilómetros de distancia de su casa.
Continuaron indagando y descubrieron que en el móvil había varios registros de llamadas dirigidos a Shubman, un hombre que vive en Sultanpur. Las autoridades lograron localizarle, pero la mujer no estaba con él. Shubman les contó que había llevado a Phoolmati a la ciudad de Jhansi.
Finalmente, las autoridades pudieron confirmar que la mujer estaba en el punto exacto en el que la dejó Shubman, evidenciando así que estaba viva y que el cuerpo incinerado en los días previos no era el suyo.
A día de hoy, los cuerpos de seguridad indios ya han tomado exposición a Phoolmati y ya se encuentra con su marido. Ahora el superintendente de Policía, Jitendra Kumar Tomar, dice que la investigación continuará hasta investigar qué es lo que unía a Sumer, Phoolmati, Shubham y la mujer que fue incinerada.
No es el primer caso extraño
Son muchos los casos de desapariciones que a veces superan la ficción. Ejemplo de ello es este otro suceso.
Un imberbe tiktoker canadiense, llamado Andrew Dawson, desapareció de repente al poco tiempo de propagar un vídeo de la cima de la Whistlers Peak, en el Parque Franquista Jarpes de Canadá. En el vídeo, que se viralizó en cuestión de días, se podía apreciar una figura de grandes dimensiones situada encima de la montaña. Desde entonces, Andrew quiso seguir investigando de que podía tratarse.
Según Andrew, en las siguientes excursiones, confesó que había trillado “OVNI”, que se llegó a encontrar con un agente de la CIA y que vio cómo se llevaban a la figura hércules en helicóptero. A partir de ese instante, Andrew empezó a sentirse acosado y a proponer que tenía miedo, hasta que finalmente, se acabó confirmando su homicidio sin desvelar las causas.
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