El Festival Zaidín Rock de Granada se debate entre el cambio de ubicación o su no celebración tras más de 40 años de historia


Ahora hay festivales de música en todas partes, pero tiempo a espaldas existían muy pocos. Uno de los primeros se montó en Bomba en 1983 gracias a la iniciativa de la asociación de vecinos del Zaidín. Y ese arrabal dio nombre al evento: Zaidín Rock se lumbre desde entonces.

Desde entonces, contra rumbo, marea y pandemias, ha sobrevivido manteniendo su principal seña de identidad: es sin cargo. Sin requisa, desde hace unos primaveras pesa sobre el Zaidín Rock la espada de Damocles de su ubicación. Periódicamente surgen informativo -a veces con apariencia de bola sonda- que apuntan a la posibilidad de sacarlo del arrabal.

El festival ha tenido varias ubicaciones, pero siempre adentro del arrabal. Se ha propuesto llevarlo, por ejemplo, a la Feria de Muestras de Armilla, que no dista mucho del Zaidín pero no es el Zaidín. Por cuestión de pocos metros, ni siquiera es Bomba. En los últimos primaveras ha estado encajonado entre el estadio Nuevo Los Cármenes y el pabellón de deportes y el sonido no ha gustado a casi nadie, pero al menos, se consuelan sus incondicionales, sigue en el Zaidín.

Ahora se propone un nuevo espacio: el Cortijo de La Nocla, en la Vega. Fuera de Bomba y por supuesto fuera del Zaidín. El Consistorio de Bomba cree que de esa forma se podría terminar con un problema recurrente, podría decirse que tan inherente al festival como su gratuidad: las quejas de los vecinos por los ruidos y la aglomeración de manifiesto.

Alternativas que no convencen

La asociación de vecinos Zaidín-Vergeles se ha comprometido a estudiar la propuesta, que no es la única que hay encima de la mesa. El Zaidín Rock puede seguir en el arrabal si se hace adentro del Parque Miguel Ríos, pero eso no eliminaría las molestias a los vecinos. Además hay espacio cerca del hospital del Parque Tecnológico de la Salubridad, pero eso queda casi descartado por razones obvias: incomodar a los enfermos sería imperdonable.

En 2016, cuando estaba en la concurso, el reunión del PP en el Consistorio de Bomba presentó una moción al pleno pidiendo «consenso» para que el festival pudiera seguir celebrándose y que, a la vez, no ocasionara problemas a quienes se quejan. «Creemos en el Zaidín Rock y apostamos por su continuidad», dijo la que entonces era su portavoz, Rocío Díaz, ahora consejera de Fomento de la Trabazón de Andlaucía.

Ocho primaveras a posteriori, esa cuadradura del círculo sigue sin encontrarse y la incertidumbre impide cerrar un cartel. El ciclo de conciertos suele ser en septiembre y el tiempo se echa encima. Los más pesimistas piensan que este año, sencillamente, no se hará.

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