El utilitario del doble crimen de Gerona la tinieblas de San Juan ya fue detenido el pasado abril, en un operación contra el tráfico de drogas, según ha detallado este jueves el delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto. Fue en el situación de una investigación que comenzó tras la sitio de un almacén de mariguana en Hospitalet (Barcelona) y que se saldó con 24 energía. En su caso, tras suceder a disposición legislativo, quedó en soltura. Los Mossos d’Esquadra siguen buscando al individuo, con numerosos informes, que disparó con un fusil AK-47 a un hombre de 48 primaveras, y una mujer, de 44, que fallecieron poco posteriormente en el hospital. Igualmente causó dos heridos graves, que siguen ingresados.
El incidente, que se produjo tras una discusión entre integrantes de dos clanes de etnia gitana, causó altercados posteriores. El primero, el que protagonizaron allegados de las víctimas, tratando de alcanzar de forma violenta a las Urgencias, donde los habían trasladado. Allí, los Mossos tuvieron que amurallar el llegada. Luego, la Policía catalana desplegó un gran dispositivo en el intramuros donde se produjo el tiroteo, Font de Pólvora.
De hecho, el entorno de los fallecidos destrozó la casa del supuesto autor de los disparos, en otro municipio cercano, Vila-roja (Gerona), donde, precisamente, los investigadores localizaron el armamento de querella con la que habría atacado a las víctimas. Fue unas horas posteriormente de que incluso encontrasen el transporte del sospechoso. En este caso, apareció calcinado en Mont-ras.
El Cuerpo catalán incluso blindó ayer el velorio de los fallecidos, para evitar nuevos altercados, e incluso llegó a desplegar al categoría de élite, el GEI. Tras la Trabazón de Seguridad en Gerona, que se ha celebrado este jueves, Prieto se ha comprometido a «guerrear para evitar que haya armas de querella en Cataluña».
La Policía catalana lleva primaveras alertando de la proliferación de incidentes con armas de fuego vinculados, principalmente, al tráfico de drogas. Sobre todo, mariguana. Que la comunidad sea el gran almácigo de esta droga, para su posterior distribución por división europeo, comporta la implantación de organizaciones criminales y, con éstas, proliferan los robos a plantaciones para sustraer la hierba. En muchas ocasiones, con heridos de bala.
Durante el año pasado, fueron 71 los homicidios registrados en Cataluña. Muchos de ellos, vinculados al tráfico de drogas. La monograma supone un incremento del 12 por ciento respecto a los doce meses anteriores. Son casi el doble de los registrados en la Comunidad de Madrid, y los mismos que en Andalucía, según recoge el movimiento de criminalidad del Tarea del Interior. Las tentativas aumentaron incluso en la comunidad catalana, cerca de un 20 por ciento. De 209 a 239. De hecho, el año pasado crecieron todas las tipologías delictivas, a excepción de los robos con fuerza en domicilios.
Entre las preocupaciones de la Policía catalana, la proliferación de armas de fuego. Entre otras, para custodiar plantaciones de mariguana. En los últimos 12 meses, el Cuerpo desmanteló 429, lo que significa un promedio de 1,2 al día. Los tiroteos entre clanes rivales –que los Mossos tengan constancia– rozaron el medio centenar.