La denuncia de niña de 12 años lleva a los Mossos hasta una red de pederastia que ofrecía a menores en ‘apps’ de citas para adultos


Fue una pupila de 12 primaveras quien, a finales de 2021, denunció frente a los Mossos d’Esquadra sobrevenir sido agredida sexualmente en un firme de Barcelona, entre mayo de 2020 y octubre de aquel año. Explicó que en esa vivienda, un mismo individuo había agredido igualmente a otros menores. Así arrancó la investigación que ha permitido a la Policía catalana desarticular una red de pederastia que captaba a sus víctimas a través de redes sociales y luego las ofrecía en ‘apps’ de citas para adultos. Por el momento, los agentes han detectado a merienda víctimas y a 16 depredadores sexuales, por siguen buscando a más.

«Tras esa denuncia, verificamos su relato y nos ponemos a investigar. Desde el principio supimos que sería poco generoso y difícil porque había muchos autores y muchas víctimas», ha detallado este viernes el inspector Josep Antoni López Garzón. Dos primaveras en los que los investigadores han tenido que «visionar y escuchar barbaridades, con mucho detalle» para poder identificarlos, con la «carga emocional» que ello conlleva, por la dureza de las imágenes.

Gracias al afirmación de la pequeño, llegaron al inmueble del morería de Ciutat Vella, donde se encontraba el líder del entramado. Un individuo, que ahora tiene 48 primaveras y atesora referencias policiales por sobrevenir prostituido a menores en un firme de Valencia, en 2010. «Bagaje que pone en destreza en Barcelona, donde convirtió el firme en un centro de captación». Contaba con trabajo remunerado, completamente común y, encima, había convertido la vivienda en un alojamiento turístico sin osadía, al que los visitantes accedían con un código. El mismo espacio era en el que operaban los depredadores sexuales.

Este registro se saldó con la detención del pederasta, en junio de 2022, aunque tras suceder a disposición procesal, quedó en autogobierno bajo fianza. Esta primera escalón de la operación permitió a los Mossos incautarse de ingentes grabaciones de las agresiones sexuales. Igualmente de los dispositivos informáticos del individuo y de su móvil. Ahí comenzó la segunda escalón de las pesquisas, que es la que se ha alargado hasta ahora: había que rastrear minuciosamente el contenido para poder identificar a víctimas y depredadores. Los agentes filtraron 1.300 vídeos de explotación sexual inmaduro, de ellos, 250 se grabaron entre 2016 y 2022. Igualmente más de 2.000 conversaciones de contenido pedófilo. Sólo en una de ellas, el líder de la red hizo remisión a 79 agresiones sexuales a menores. Parte de la misma ya ha sido verificada por los Mossos.

El líder de la red tenía más de 2.000 conversaciones de contenido pedófilo. Sólo en una de ellas, hizo remisión a 79 agresiones sexuales a menores

«Descubrimos así una trama que funcionaba con un pederasta que ponía a otros pederastas en contacto con menores», ha apuntando el inspector. Las víctimas, dos niñas y nueve niños, tenían entre 12 y 17 primaveras cuando fueron agredidas. Los depredadores, entre 19 y 50. «Personas de todos los status sociales». A los menores los captaban a través de redes sociales «que usamos todos» y luego se ganaban su confianza. «Los compensaban con regalos, moneda o facilitándoles el consumo de lo que a esas tiempo tienen prohibido: tabaco, bebida y drogas». A una de las menores la llegó a utilizar para entender a otros jóvenes.

El líder del entramado grababa las agresiones sexuales y, luego, distribuía el material de despotismo o explotación inmaduro. «La pornografía inmaduro no existe», ha subrayado el inspector. Había menores de entornos vulnerables -ninguno tutelado- y otros de familias estructuradas, «como podrían ser mis hijos o los vuestros», ha precisado. En un principio, la gran mayoría «no se sentían víctimas» y no querían denunciar. Finalmente, diez de ellos sí han prestado manifiesto.

Al respecto, una advertencia: «Nadie dejaría a su hijo en Ciudad Juárez (México) por la indeterminación. Pero Ciudad Juárez está en nuestras casas en todo momento, si no sabemos con quién hablan, que ‘apps’ utilizan, o conjunto inmaduro. El depredador siempre está detrás», ha alertado López Garzón, que constata que las investigaciones al respecto están al orden del día en su sección, el Dominio Central de Cibercrimen.

Con el líder de la red de pederastia en autogobierno, y la segunda escalón de la operación en marcha, la de visionar imágenes y monitorizar conversaciones, «la que más carga comporta», la Policía catalana descubre que el individuo ‘ofrecía’ a los menores a través de aplicaciones de citas para adultos. «Y comenzamos a apañarse víctimas en esos 250 vídeos», ha detallado el instructor de las diligencias, el final David López.

No ha sido una tarea acomodaticio, no sólo por la carga emocional, sino porque algunas de las imágenes son de 2016. Cuanto más tiempo pasa, más difícil es. Así que revisan los registros telefónicos del autor para poder, a través de chats -«en las que comentaba las agresiones, como si fuese un postpartido»- y conversaciones, demorar hasta la identidad de las víctimas. «Buscaba prostituirlos, y producir material de explotación. Igualmente persistir relaciones sexuales grupales con ellos», ha precisado. Su objetivo no era crematístico, sino que le «gustaba» dirigir las agresiones.

Pederastas «situacionales»

Las pesquisas han llevado hasta dos perfiles de agresores. «Los pederastas que buscan menores y los denominados situacionales. Aquellos que, en el situación de una conversación de carácter sexual, podemos intuir que no tiene preferencia por niños, pero si se los ‘ofrecen’, acaban consumando una atentado a este pequeño», ha explicado López, «cuando el comportamiento común sería denunciarlo o, como leve, cerrar ese chat». Del total de detenidos, merienda tenían ese «perfil».

El líder de la red les había ofrecido a un pequeño y accedieron. «Hay un mercado de prostitución de menores en ‘apps’ de citas para adultos que no aflora», alertan los Mossos. Lo más preocupante para los investigadores es constatar que «cualquier pequeño está expuesto» por su acercamiento ilimitado a internet.

Tras esta segunda escalón de la investigación, el cabecilla, que perpetró, al menos, 38 agresiones sexuales, ha ingresado en prisión provisional, yuxtapuesto a otros dos detenidos. La desarticulada por la Policía catalana, no era «una red secreta de pedófilos, que empleasen grandes medidas de seguridad». Era una red que se valía, simplemente, de las redes sociales. Ahora, los agentes tratan de identificar a merienda víctimas más y a otros 14 agresores. «A veces, presentar una denuncia cierra un círculo y puede evitar que otros igualmente sean víctimas», ha animado el inspector.

 

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