La Inexplorado del Socorro vuelve a su camarín posteriormente de dos meses. Ataviada de blanco, para el tiempo ordinario portando su terno de damasco de tafetán y las coronas que su ensanche le ofrendó, reina otra vez sobre el mercado de la Corredera y sobre toda la plaza espacioso.
La hermandad acaba de anunciar que ha devuelto a Alcaldesa Perpetua de Córdoba al oportunidad en que se le concha de forma habitual, una vez acabadas las obras de reparación del desprendimiento en el extranjero del camarín.
Sucedió en la pasada Semana Santa, cuando las copiosas lluvias de la contratiempo Nelson provocaron la caída del revestimiento y de la cal de la zona externa, que sobresale de la ermita y recae al callejón del Toril.
La sorpresa fue inmediata y los bomberos incluso cortaron la calle para evitar problemas. El arquitecto del Obispado visitó la ermita y descartó que hubiera daño estructural, pero la cofradía optó por la cautela y decidió desmontar a Nuestra Señora del Socorro a la mesa del altar.
Nuestra Señora del Socorro, en el camarín de su ermita
Mientras tanto, la diócesis emprendió obras de emergencia para frenar el daño, porque era visible la estructura de vigas internas en la calle del Toril. La autos terminó hace pocos días, cuando los hermanos del Socorro encalaron el extranjero.
Entonces uno de ellos donó un azulejo con la inscripción ‘Ave María Purísima’ que se había perdido por el desprendimiento de abril, pero faltaba que la Inexplorado regresara al camarín, y eso acaba de suceder. La normalidad regresa a la ermita.