Jóvenes de Xinzo, Verín y Vilardevós con muchas preguntas


Esta iniciativa de la Alianza provincial de Mulleres Rurais de Ourense (Femuro) tenía como encomienda principal la prevención de las violencias machistas, así como inquirir en la igualdad y resolver dudas sobre sexualidad. No obstante, los menores asimismo tuvieron tiempo para hacer nuevas conocidos y realizar una excursión a la Cidadella de Soutochao.

Los participantes eran todos alumnos de 1º y 2º de ESO, de entre 13 y 15 primaveras. Para la responsable del software, Jane Liz, estas edades son ideales para enfrentarse y resolver sus dudas en una etapa en la que la educación sexual es escasa. Por ello, muchas veces los móviles y el ataque a internet sustituyen a las tan temidas conversaciones con los progenitores o a charlas en los colegios donde es más difícil que hagan preguntas.

Para Liz, el objetivo fundamental de esos tres días de convivencia fue que pudiesen “cuchichear de la sexualidad de guisa abierta, resolviendo todas sus inquietudes”. Los adolescentes, por ejemplo, tenían dudas acerca del uso del preservativo. Muchos nunca habían pasado uno. Otros no sabían si podían adquirirlos por su cuenta pese a no ser mayores de perduración.

Una de las dinámicas del campamento.
Una de las dinámicas del campamento.

Las educadoras les enseñaron mediante juegos y dinámicas. No sólo aprendieron a poner condones, sino asimismo cómo funciona la regla o los distintos tipos de orientación sexual existentes.

Otro de los aspectos secreto fue el del consumo de pornografía. “Porque no sólo la conocen y la han pasado, sino que en muchos casos se manejo de contenido pornográfico muy violento”, apunta la educadora social. La secreto fue desmitificar el porno, explicando a los adolescentes que las relaciones sexoafectivas reales entre hombres y mujeres distan mucho de lo que pueden ver en los vídeos explícitos. 

Acoso sexual

Otro de los ejes de estas jornadas fue el consentimiento y el acoso sexual. Los jóvenes recibieron la encuentro de Aser Moreiro, doble de la Escolta Civil, que les alertó de los peligros de destinar imagénes y vídeos de tipo amatorio a terceros. “Lo que haces delante de un móvil, lo estás haciendo delante de un desconocido”, fue una de las frases que más les impactó.

Preguntados por si habían recibido fotos íntimas de otras personas sin haberlas solicitado, todas las menores levantaron la mano. Esta respuesta colectiva propició una larga conversación acerca del consentimiento, y cómo percibir ese tipo de material equivalía a cualquier otro tipo de violencia sexual.

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