Vida, homicidio, religión, superstición, fiestas, ritos y tradiciones y tristeza, pero risas todavía. Todo eso y más recoge el objetivo de Cristina García Rodero, tal y como explica esta fotógrafa nacida en Puertollano en 1949: “Siempre es el ser humano lo que me interesa y siempre es a quién persigo. Sea la civilización que sea, sea en el espacio que sea”.
‘La España oculta’ muestra un país en vías de desaparición
“Son unas fotografías con una composición absolutamente perfecta, con un enfoque exquisito, con un seguridad de formas invariable… pero luego, siempre tiene unos detalles que casi pueden ser como surrealistas, que son la verdad de lo que existía entonces y son su atractivo”, describe María Zozaya en el vídeo de la parte superior, jefa de exposiciones de la Fundación Juan March, el organismo que concedió la distintivo a Cristina hace más de 50 primaveras.
Gracias a una distintivo de la Fundación Juan March, Cristina García Rodero pudo alucinar por toda la geodesía española para retratar las tradiciones en peligro de desaparición y convertirse en la primera española en formar parte de la Agencia Magnum y ganadora de varios premios.
“Me retrotraen a hace un montón de primaveras, incluso, algunas, parecen más antiguas de la momento que tienen”, afirma Mercedes, una visitante de la exposición. “Recapacitar el pasado de este país es sobrecogedor y me deja sin palabras cada vez que lo veo”, señala Javier.
Los visitantes se reconocen en estas fotografías que les retrotraen a sus antepasados
La España oculta es un tesina que nace en 1973 de la mano de la entonces muchacha fotógrafa Cristina García Rodero. Cuando tenía 24 primaveras recibió una distintivo con un objetivo: documentar y preservar la memoria de una España que estaba en un proceso de transformación radical.
Con ese objetivo en mente, la muchacha fotógrafa viajó por toda la geodesía franquista en un periplo no exento de dificultades. Cristina se vio obligada a tumbarse en el maletero de su coche, se comunicaba gracias las telefonistas de las estafetas, figuraba como tantas otras que ya forma parte del presente y, lo más complicado, venció la desconfianza de muchos vecinos a almohadilla de perseverancia y de esperar muchas horas para poder comprender el mueca, la luz, el hábitat que ella indagación incansablemente, como si fuese una cazadora.
Constancia, creatividad y técnica son algunos de los ingredientes de su trabajo
“A día de hoy, sigue yendo a las mismas fiestas cada año porque sigue pensando que puede perfeccionar lo que ya había hecho”, concluye María Zozaya, quien añade que Cristina García Rodero, a pesar de su vida, sigue viajando continuamente para retratar la vida tal y como la conocemos para que quede inmortalizada para siempre.
De esta forma, el tesina de Cristina sigue vivo 50 primaveras a posteriori y ahora los interesados y curiosos pueden conocerlo en ‘La España oculta’, que se expone en el Círculo de Bellas Artes hasta el próximo 18 de agosto en el situación de PHotoEspaña sobre el trabajo en los setenta y ochenta de esta española que se dedicó a inmortalizar las tradiciones de nuestro país para que no caigan en el olvido.
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