Francia vota este domingo en unas elecciones legislativas que se anuncian históricas. Todo apunta a una previsible trofeo de la Agrupación Doméstico (RN) de Marine Le Pen, lo que podría inaugurar la puerta al primer Gobierno de extrema derecha en ocho décadas.
La campaña electoral, organizada apresuradamente tras la convocatoria sorpresa de los comicios el pasado 9 de junio por el presidente Emmanuel Macron, llega a su fin. Los primeros en practicar su derecho al voto son los electores en el archipiélago francés de Saint Pierre et Miquelon, en el Atlántico Ideal, seguido por los de Guayana, Guadalupe, Martinica, Saint Barthélemy y San Martín en el Caribe. Luego, será el turno de la Polinesia Francesa y el archipiélago de Nueva Caledonia, en el Pacífico.
En la Francia metropolitana, los votantes pueden aparecer a las urnas a partir de las 8.00 locales (6.00 GMT) hasta las 18.00 (16.00 GMT) en zonas rurales y hasta las 20.00 (18.00 GMT) en las grandes ciudades. Los franceses residentes en el extranjero tuvieron la oportunidad de sufragar por correo entre el 25 y el 27 de junio, registrando una décimo notablemente superior a la de las legislativas de 2022. Según el Profesión de Exteriores, más de 410.000 votos fueron emitidos, en comparación con los 250.000 de hace dos abriles.
¿Qué dicen las encuestas?
Los sondeos de la última semana sugieren una décimo elevada, anticipando que entre el 64% y el 67% de los 49,34 millones de electores inscritos acudirán a las urnas. Estas cifras, si se confirman, representarían un incremento de casi 20 puntos porcentuales respecto a 2022, cuando el 47,51 % del electorado votó en la primera reverso. Adicionalmente, se han registrado más de 2 millones de solicitudes de voto por procuración, el doble que en 2022, lo que evidencia una válido movilización.
Las encuestas prevén una clara trofeo de la RN unido a sus aliados conservadores de Los Republicanos (LR), dirigidos por Éric Ciotti. Esta coalición podría obtener entre el 34% y el 37% de los sufragios, superando ampliamente al nuevo Frente Popular (FP), que agrupa a los cuatro partidos de la izquierda (La Francia Insumisa, Partido Socialista, Ecologistas y Partido Comunista Francés) y que lograría entre el 28 % y el 30 %. En tercera posición, el pedrusco de la mayoría saliente del Gobierno de Macron se quedaría con en torno a del 20% de los votos, mientras que los Republicanos que no han aceptado el pacto con la RN obtendrían entre un 6% y un 7%.
Una vez conocidos los resultados el domingo por la confusión, la atención se centrará en la táctica para la segunda reverso del 7 de julio. Se anticipa que solo unas pocas decenas de los 577 escaños estarán decididos en la primera reverso. Las proyecciones de escaños, aunque preliminares, sugieren que la RN y sus aliados conservadores podrían alcanzar los 289 diputados necesarios para una mayoría absoluta, condición indispensable para que Jordan Bardella, candidato a primer ministro de la extrema derecha, pueda formar Gobierno.
Estos comicios representan un momento crucial en la política francesa, con la posibilidad de un cambio significativo en el rumbo del país. La entrada décimo y la válido movilización son indicativos de la importancia de estas elecciones, que podrían marcar el inicio de una nueva era política en Francia.
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