A Clara le llegó un mensaje en su perfil de Instagram en el que le ofrecían continuar con un patrón de unos 30 o 45 primaveras “para tomar una copa” en un hotel de Madrid. A cambio le pagarían 500 euros por una hora de charla. Se trataba de una agencia de modelos y scorts. En caso de aceptar y ofrecerse a hacer más trabajos conseguiría una especie de “resolución fijo”: se convertiría en la chica de compañía del patrón. Luego de tomar esa copa el patrón le ofrece subir a su habitación a tener relaciones sexuales, un servicio por el que pagaría a la adolescente entre 3.000 y 6.000 euros.
No es un caso arrinconado. Cada día hay más chicas jóvenes que reciben ofertas de trabajos con los que pueden obtener mucho billete de modo sencilla. Cada día son más las que caen. ¿La esencia de estas agencias? El uso de la palabra. Mandan mensajes halagadores, en los que aseguran que el perfil de redes sociales cumple con el puesto que ofrecen. Siquiera usan la violencia, a diferencia de las redes de prostitución que sí la ejercen.
Los perfiles más solicitados son mujeres de entre 20 y 30 primaveras que estén activas en redes sociales. Cuando se interesan por el puesto y solicitan más información, estas agencias, efectivamente manejadas por proxenetas, emplean sus armas principales: un trato cariñoso y la seducción del billete.
“En el momento en el que caes en esa red y trampa, ya no puedes salir de eso”, asegura Clara
Clara explica que se prostitución de hombres de entre 50 y 60 primaveras que “no tienen ningún atractivo” pero sí billete. Sin confiscación, se acercan a jóvenes cuyo poder adquisitivo suele ser bajo para ofrecerles trabajos que camuflan la prostitución. Aunque al principio solo sean trabajos de séquito, asimismo incitan a realizar otro tipo de labores. A Clara le invitaron a subir a la habitación del hotel y según lo que duraran las relaciones sexuales, le pagarían entre 3.000 y 6.000 euros.
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Clara entró en la agencia pero detectó el peligro y logró salir a tiempo, a diferencia de muchas amigas suyas. Ana Regalado, periodista en Espejo Manifiesto, asegura que estas agencias de modelos y scort se hacen avisar así para guardar los obstáculos de la nueva ley que impide hacer publicidad abierta de servicios de prostitución. “Son chicas de 20 primaveras que se encuentran con puteros muy experimentados y de alguna modo las manipulan: si tú continuas conmigo yo te suscripción los estudios, si subes a la habitación conmigo puedes tomar 3.000 euros”, apunta.